De Shiva a Hitler pasando por el sar¨ªn
R. M., Para los fieles de La Verdad Suprema, su principal imagen es Shiva, el dios hind¨² de la renovaci¨®n y la destrucci¨®n, a Hitler se le califica de profeta y el gas sar¨ªn, el arma letal empleada el lunes en el metro de Tokio, ha sido glorificado como arma de extraordinario poder por su l¨ªder, Shoko Asahara, en sus propias palabras el "¨²nico iluminado" entre los 124 millones de habitantes del archipi¨¦lago.
Los tonos apocal¨ªpticos de Asahara, un personaje robusto y barbudo de apariencia hippy, que dice levitar, contin¨²an con la proclamaci¨®n del fin del mundo para 1997 y una larga de consignas para alcanzar la iluminaci¨®n a trav¨¦s de exhaustivas pr¨¢cticas de yoga, muy similares a tablas de ejercicios f¨ªsicos, que al decir de los fieles consiguen suprimir el apetito.
El misticismo promovido por la secta, de car¨¢cter tibetano, promete sensaciones extrasensoriales en el camino al ¨¦xtasis religioso. Entre los ritos atribuidos a los diferentes procesos de iniciaci¨®n, se citan beber sangre derramada por su m¨¢xima autoridad o la administraci¨®n de sustancias qu¨ªmicas a los disc¨ªpulos, de los que, seg¨²n cifras del propio grupo, hay 10.000 en Jap¨®n, 20.000 en Rusia y un n¨²mero indeterminado en Nueva York, Sri Lanka y Bonn.
Tras una estancia en el Himalaya, Asahara, alcanz¨® -siempre seg¨²n su propio testimonio- la iluminaci¨®n que le liber¨® de la esclavitud de la tierra y fund¨® en 1986, la primera variaci¨®n de lo que se ha convertido en La Verdad Suprema, pasando por varias metamorfosis de nombres y denominaciones, incluido el del fundador, cuyo nombre real es Chizuo Matsumoto.
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