Igualdad y diversidad
Hay un punto en el libro de Bobbio Derecha e izquierda (Taurus, Madrid, 1995) s¨®lo aludido por Joaqu¨ªn Estefan¨ªa en su reciente rese?a publicada en estas mismas p¨¢ginas y que, sin embargo, merece, seg¨²n creo, mayor atenci¨®n. Es el uso que el viejo profesor italiano hace de la pareja igualdad / desigualdad.Bobbio defiende con raz¨®n que el igualitarismo, el aprecio de la igualdad, ha sido y es el rasgo sustancial y diferenciador de la izquierda. Pero acepta sin cr¨ªtica una contraposici¨®n ling¨¹¨ªstica entre "igualdad social" y "desigualdad natural" (o psicof¨ªsica) que ha dado lugar a infinitos equ¨ªvocos en el plano pol¨ªtico. Dice, por ejmplo, que "los hombres son entre ellos tan iguales como desiguales', (p¨¢gina 145), y a?ade que son "desiguales" si se les toma uno por otro. Este uso, en mi opini¨®n impropio, del t¨¦rmino "desigualdad" para referirse a diferencias que no son sociales, sino de naturaleza (gen¨¦ticas, biol¨®gicas, psicof¨ªsicas, culturales, etc¨¦tera), ha producido en el libro alguna afirmaci¨®n que suena a absurda (al menos en castellano).
Un ejemplo de esto hay en las p¨¢ginas 145-146: "Se puede llamar correctamente igualitarios", escribe Bobbio, "a aquellos que, aunque no ignorando que los hombres son tan iguales como, desiguales, aprecian mayormente y consideran m¨¢s importante para una. buena convivencia lo que les asemeja; no igualitarios, en cambio, a aquellos que partiendo del mismo juicio de hecho aprecian y consideran m¨¢s importante, para conseguir una buena convivencia, su diversidad".
Esta dicotom¨ªa entre "los que consideran que los hombres son m¨¢s iguales que desiguales" y "los que consideran que son m¨¢s desiguales que iguales" lleva a Bobbio a dar cierto cr¨¦dito a la idea de que en el punto de vista igualitario hay cierto "artificialismo", como si se forzara unilateralmente el dato previo de la "desigualdad natural entre los hombres".
En este punto se ve muy bien la consecuencia negativa de un e'nfoq¨¹e predominantemente formal y s¨¢lo pol¨ªtico de asuntos que son en realidad prepol¨ªticos. Se sabe, por lo menos desde el ensayo de Dobzhansky titulado Diversidad gen¨¦tica e igualdad humana, que desigualdad no es lo mismo que diversidad. la diversidad es un hecho biol¨®gica y culturalmente observable pero este hecho no implica necesariamente desigualdad, la desigualdad es tambi¨¦n un hecho suficientemente conocido por soci¨®logos y economistas: en cambio, la igualdad (pol¨ªtica, econ¨®mica, social) es una aspiraci¨®n, un precepto ¨¦tico de una parte de la humanidad, al servicio del cual a veces se instrumenta (o se trata de instrumentar) tales o cuales pol¨ªticas.
Por tanto, del reconocimiento de la diversidad como hecho biol¨®gica y culturalmente observable no se sigue sin m¨¢s la defensa (pol¨ªtico-social) de la desigualdad humana, como sugiere Bobbio, ni hay tampoco ninguna "artificialidad" en pasar del reconocimiento de la diversidad biol¨®gica y cultural a la defensa del igualitarismo social. Se puede, en efecto, ser sumamente respetuoso con la diversidad biol¨®gica, psicof¨ªsica, cultural, etc¨¦tera, de los seres humanos y aspirar tambi¨¦n a la igualdad social entre miembros diferentes, diversos, de la especie, de eso que llamamos humanidad.
El movimiento feminista hace tiempo que viene ense?ando esta precisi¨®n al conjunto de la izquierda nueva y actuando, adem¨¢s, en consecuencia.
Esta precisi¨®n sobre el buen uso de las palabras "diversidad", "desigualdad" e "igualdad" tiene, en mi opini¨®n, much¨ªsima importancia pr¨¢ctica. Pues cuando no ha distinguido entre diversidad (gen¨¦tica, biol¨®gica, ¨¦tnica, cultural, etc¨¦tera) e igualdad social la izquierda ha acabado cargando con un fardo mucho m¨¢s pesado que el que tiene que llevar ya habitualmente sobre sus espaldas. Al no distinguir, la izquierda parece aspirar a la igualdad absoluta, abstracta; se imagina entonces que puede cambiar no s¨®lo el, mundo de las relaciones sociales, sino la naturaleza humana. ?Nada menos! De confusiones as¨ª ha nacido la idea del "hombre nuevo" como mito escatol¨®gico. El buen uso de las palabras confirma la importancia de esta . precisi¨®n. Es interesante observar a este respecto que el Diccionario de la Real Academia Espa?ola define igualitarismo como "la tendencia pol¨ªtica que propugna la desaparici¨®n o atenuaci¨®n de las diferencias sociales" (la cursiva es m¨ªa). Como interesante es observar que nadie (o casi nadie) habla de "desigualdad social" como de una aspiraci¨®n, como de un ideal. As¨ª, pues, la izquierda, una izquierda racional y razonable, ser¨¢ igualitaria en la medida en que aspire a la igualdad social (pol¨ªtica y econ¨®mica) en la diversidad biol¨®gica, psicofisica y cultural. La expresi¨®n: "aspiramos a que todos los hombres sean iguales" tiene, naturalmente, este sentido social restringido.
La aspiraci¨®n a la igualdad, repito, social, es un ideal, una aspiraci¨®n ideal, sobre todo de los de abajo, de los desfavorecidos, en un mundo caracterizado a la vez por la diversidad natural (biol¨®gica, psicof¨ªsica, cultural) y por la desigualdad economica, social y pol¨ªtica. En la medida en que la igualdad social es un ideal de al menos una parte de la humanidad, no parece previsible que desaparezca ni siquiera en los malos momentos de la histor¨ªa, cuando los poetas se preguntan ?para qu¨¦ poetas? Porque, como escribiera Weber, los idea les est¨¢n por encima de la discusi¨®n particularizada sobre los hechos hist¨®ricos, no se siguen de las proposiciones o afirmaciones sobre hechos.- Lo que -sabiendo esto- la izquierda tiene que hacer es distinguir bien entre aspiraci¨®n ideal a la igualdad social y respeto consciente a la diversidad individual y grupal que echa sus ra¨ªces en la estructura m¨¢s ¨ªntima del ser humano.
Creo que subrayar esta distinci¨®n entre diversidad psicofisica, desigualdad social realmente existente y aspiraci¨®n ideal a la igualdad social puede servir para explicar mejor una enf¨¢tica afirmaci¨®n de Norberto Bobbio, en Derecha e izquierda que comparto y que no he visto subrayada hasta el momento: "El comunismo hist¨®rico ha fracasado. Pero el desaf¨ªo que lanz¨® permanece" (p¨¢gina 170). Y tal vez pueda servir tambi¨¦n la precisi¨®n Para proponer a las izquierdas de hoy la elaboraci¨®n de un punto de vista que, en cambio, no parece tener cabida en las tipolog¨ªas dict¨®micas de Bobbio: la posibilidad de una izquierda que sea revolucionaria en el plano sociopol¨ªtico y conservadora (en el sentido de muy cauta, equilibrada, discreta y respetuosa de los datos b¨¢sicos de la naturaleza) en el piano cultural, o, mejor a¨²n, de la antropolog¨ªa cultural.
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