El juez acusar¨¢ a los polic¨ªas que trajeron al pr¨®fugo si no identifican a los intermediarios

El juez Baltasar Garz¨®n considerar¨¢ inculpados en lugar de testigos a los cinco polic¨ªas que participaron en el traslado a Espa?a del ex director de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n si siguen neg¨¢ndose a entrar en detalles. Garz¨®n ha advertido a los agentes que han declarado hasta ahora -Miguel ?ngel Alonso, Rafael Bermejo, Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez y Rafael Ara¨²jo- que pueden estar incurriendo, en delito de desobediencia, al mantener en secreto el nombre de los dos intermediarios que negociaron en Par¨ªs la entrega de Rold¨¢n, y de encubrimiento de falsificaci¨®n.Rafael Bermejo, jefe del Grupo VIII de la Polic¨ªa Judicial de Madrid, que es quien entreg¨® los documentos originales filmados por el ministro Juan Alberto Belloch a los dos intermediarios en el exterior de la Embajada de Laos de la capital francesa, no s¨®lo se neg¨® ayer a decir si Francisco Paesa era uno de ellos, sino que ni siquiera quiso revelar el nombre del hotel en el que los polic¨ªas se alojaron en Bangkok.

El fiscal Pedro Rubira y Garz¨®n consideran que los agentes pueden estar encubriendo a Paesa, quien se encuentra en busca y captura por orden de la juez Ana Ferrer. El magistrado requiri¨® el pasaporte a Bermejo y el polic¨ªa asegur¨® que se lo entregar¨¢.

Bermejo declar¨® a Garz¨®n, al igual que hiciera ante la juez Ana Ferrer, que los intermediarios ten¨ªan rasgos europeos, no eran funcionarios p¨²blicos y hablaban espa?ol. Le esperaban en el aeropuerto de Par¨ªs. ?l les entreg¨® los documentos del ministerio dentro de un taxi frente a la embajada de Laos.

Uno de los intermediarios descendi¨® del veh¨ªculo; el otro le acompa?¨® al hotel. Bermejo admiti¨® que conoc¨ªa a esas dos personas de haberlas visto en Espa?a y en Francia, pero no revel¨® su nombre alegando que cre¨ªa que su vida pod¨ªa correr peligro.

Llamada telef¨®nica

Juan Antonio Gonz¨¢lez, jefe de la Brigada de Polic¨ªa Judicial de Madrid, se neg¨® igualmente a revelar el hotel en el que estuvieron alojados. Razon¨® que, pese a que en el hotel no mantuvieron entrevistas con los intermediarios, s¨ª pueden constar las llamadas telef¨®nicas que realizaron desde all¨ª, y de esa manera trascender la identidad de los contactos telef¨®nicos.El hecho de que ni Gonz¨¢lez ni Bermejo hayan querido explicar sus contactos para localizar y detener a Rold¨¢n, unido a que se hayan destruido los justificantes del viaje, hace sospechar al fiscal Rubira y al juez Garz¨®n que se est¨¢ tratando de proteger a algunos intermediarios, entre otros Paesa, que han podido participar directamente en la falsificaci¨®n.

Gonz¨¢lez no se mostr¨® sorprendido por el hecho de que la documentaci¨®n manejada en el aeropuerto de Bangkok por el supuesto capit¨¢n Khang estuviese escrita en ingl¨¦s, cuando el resto de la documentaci¨®n del Ministerio del Interior espa?ol con el supuesto ministerio de Laos estaba en franc¨¦s.

El polic¨ªa admiti¨® que Rold¨¢n le coment¨® durante el viaje que s¨®lo iba a ser juzgado por dos delitos. Le respondi¨® que, aunque sab¨ªa que se hab¨ªan intercambiado varios faxes, ignoraba todo lo concerniente a ellos.

Gonz¨¢lez aleg¨® que cuando firm¨® el documento de entrega de Rold¨¢n sab¨ªa que era bajo unas condiciones limitadas para juzgarle en Espa?a porque conoc¨ªa los faxes que limitaban su enjuiciamiento a ciertos delitos. Pero a?adi¨® que al subir al avi¨®n militar espa?ol en Roma advirti¨® a Rold¨¢n que estaba detenido e intent¨® leerle sus derechos.