De c¨®mplices y amigos
El estilo bebop, que Charlie Parker contribuy¨® decisivamente a fundar en los a?os cuarenta, daba una respuesta contundente a actitudes c¨®modas, incompatibles con un desarrollo art¨ªstico razonable. Expulsaba con adem¨¢n imperioso y urgente a algunos fantasmas, cubiertos con ra¨ªdos ropajes, tan perezosos y familiares como el de Canterville.Hank Jones sinti¨® correr por sus venas aquella emoci¨®n creativa y particip¨® de aquel ardor revolucionario. Se involucr¨® hasta la m¨¦dula en uno de los m¨¢s dr¨¢sticos antes Y despu¨¦s por los que haya atravesado el jazz. Una de las principales consecuencias que extrajo es que el bebop no pretend¨ªa plantear un camino un¨ªvoco, herm¨¦tico y partidista, sino que alentaba una sana pluralidad de enfoques.
Hank Jones Quartet ("La m¨²sica de Charlie Parker")
Hank Jones (piano), Jesse Davis (saxo alto), Hein van de Geyn (contrabajo) y George Fludas (bater¨ªa). CMU San Juan Evangelista. Madrid, de abril.
Con la conciencia tranquila de no faltar a ning¨²n precepto conceptual, Jones lleva a?os ofreciendo una versi¨®n serena, elegante, libre y atemporal del fen¨®meno. Cada concierto suyo reafirma la idea de que la concisi¨®n se?ala el camino m¨¢s recto hacia la c¨²spide de la claridad expresiva. El veterano pianista, con 76 esplendorosos a?os, conserva de su ¨¦poca formativa una estrategia ahorradora de compases y una asombrosa capacidad para introducir en ellos, sin apreturas, las notas m¨¢s significativas. Evoca la m¨²sica de Parker con la modesta agudeza, sensibilidad y l¨®gica aplastante con que uno se imagina que los fil¨®sofos griegos explicaban los grandes acontecimiento del universo.
Desde la distancia que impone el estudio documental en lugar de la experiencia vital, el joven Jesse Davis opta por una fidedigna reconstrucci¨®n hist¨®rica de la escena del bebop. Se lleva el saxo alto a los labios con la actitud del detective que chupa su pipa, analiza minuciosamente y deduce con brillantez c¨®mo debi¨® sonar Parker en sus anos dorados, pero no olvida aventurar una hip¨®tesis acerca de c¨®mo tocar¨ªa el maestro ahora que, de vivir., hubiera cumplido 75 a?os. La juventud de Davis le permite complacerse en el v¨¦rtigo de las curvas cerrad¨ªsimas que describ¨ªan las l¨ªneas t¨ªpicas del bop y su extraordinaria t¨¦cnica le facilita su correcto trazado. A trav¨¦s de una activa complicidad con Jones se muestra como un profundo conocedor de la ciencia ornitol¨®gico capaz de reproducir no s¨®lo el canto del Bird Parker, sino el de, cualquier gran p¨¢jaro del jazz.
El repertorio del delicioso concierto que ofreci¨® el cuarteto del pianista se bas¨® en himnos del bebop, como Serapple frorn the apple o Woody`n you, y en piezas tan poco frecuentadas como She rote o Barbados. El es.timulante fondo creado por Hein van de Geyn y el dulce percutir de George Fludas, que por momentos hac¨ªa pensar que, en vez de baquetas, manejaba alas de mariposa, sostuvieron la trama r¨ªtmica con leg¨ªtima fidelidad al modelo bopper.
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