M¨¢s denuncias de homosexualidad contra el cardenal Groer
Un religioso revel¨® sus tendencias antes de ser nombrado arzobispo de Viena
El cardenal arzobispo de Viena, Hans Hermann Groer, de 75 a?os, acusado de abusos sexuales por nueve ex alumnos, intent¨® tambi¨¦n tener contacto sexual con el padre benedictino Udo Fischer, de su misma orden. Pese a que el religioso denunci¨® los hechos en 1985 a la jerarqu¨ªa, Groer fue nombrado arzobispo de Viena 13 meses despu¨¦s. As¨ª lo asegura Fischer hoy en el semanario Profil, que publica el testimonio de otras cuatro v¨ªctimas -tres hombres y una mujer-, que en la d¨¦cada de los setenta, cuando eran ni?os, fueron presuntamente objetos de abusos del cardenal.Hace una semana, un ex disc¨ªpulo del arzobispo, Josef Hartmann, de 37 a?os, revel¨® que Groer abus¨® de ¨¦l desde los 14 anos hasta el t¨¦rmino de sus estudios en el internado cat¨®lico de Hollabrunn. La "intensa relaci¨®n" se inici¨® cuando Groer le ense?aba a Hartmann en la ducha a "limpiar el pene para evitar infecciones". El testimonio de la presunta v¨ªctima ha causado una reacci¨®n en cadena y otros ocho alumnos del internado de Hollabrunn, que han mantenido sus nombres en el anonimato, han descrito experiencias similares con el prelado.
El padre Fischer asegura que "Groer quer¨ªa experimentar y vivir sus tendencias homosexuales". Fischer ya "no era joven" cuando en 1971 su superior intent¨® tener contacto sexual con ¨¦l, pero "el trauma" fue de tal magnitud, que necesit¨® "a?os para superarlo y ser capaz de hablar". Sus denuncias, en 1985 fueron silenciadas y "no hubo una investigaci¨®n interna en la Iglesia".
El cardenal -que hasta ahora no ha desmentido las acusaciones y no se ha querellado judicialmente- se ha parapetado durante una semana en el palacio del arzobispado de Viena. S¨®lo sali¨® brevemente para asistir a una misa en su apoyo el viernes por la noche en la catedral de San Esteban a la que asistieron 1.000 fieles y Se prohibi¨® el ingreso de periodistas y c¨¢maras de televisi¨®n.
Defensa incondicional
Los obispos y el nuncio apost¨®lico Donato Squicciarini han defendido incondicionalmente al jefe de la Iglesia cat¨®lica de Austria y han intentado desprestigiar a las presuntas v¨ªctimas. El obispo Kurt Krenn se refiri¨® a Hartmann como un alma enferrna". "Sobre las denuncias no se le puede preguntar al cardenal", dijo Krenn, "porque para m¨ª es impensable". Otros han asegurado que el testimonio de Hartmann es s¨®lo "producto de sus fantas¨ªas sexuales". Finalmente, el obispo Helmut Kr¨¢tzl critic¨® a los ex alumnos y a los medios de comunicaci¨®n advirtiendo que las revelaciones sobre su superior son "calumnias al estilo de la ¨¦poca nazi".
Comentaristas pol¨ªticos de Austria han criticado "la muralla de silencio de la Iglesia" y Hans Rauscher escrib¨ªa en su columna de ayer en el peri¨®dico Kurier que los obispos apoyan a Groer, "algunos por ingenu¨ªdad y otros en forma fr¨ªa y maquiav¨¦lica".
El silencio del arzobispo lo considera "una cat¨¢strofe para la Iglesia que debe afectar a un cardenal que no vive la verdad".
Los testimonios de los cuatro ex disc¨ªpulos de Groer publicados hoy en Profil pueden ser "autentificados" por la Corte, asegura el director de ese semanario, Hubertus Czernin. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas se atrevieron a hablar despu¨¦s de que el cardenal citara recientemente a la Biblia en una carta pastoral advirtiendo que "los pederastas no llegar¨¢n al Reino del Se?or". Uno de los estudiantes del internado de Hollaribrunn, que se vio obligado a "tocar los genitales" de Groer, acusa a la Iglesia: "No me digan ahora que nadie sab¨ªa de la homosexualidad del cardenal, es una hipocres¨ªa".
Un segundo afectado relata que cuando el religioso "ten¨ªa la boca abierta con la lengua afuera y me tocaba el pene" le empuj¨® arroj¨¢ndolo al suelo y escap¨® de la habitaci¨®n.
El arzobispo podr¨ªa dimitir en cualquier momento, dado que ya tiene 75 a?os y que en 1994 pidi¨® la jubilaci¨®n al Papa.
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