Los fiscales se ponen de acuerdo

EL FISCAL general del Estado, Carlos Granados, no ha tenido que hacer uso de su autoridad para imponer sus criterios contrarios a que el juez Baltasar Garz¨®n siga investigando la supuesta falsedad de los llamados papeles de Laos. La Junta de Fiscales de Sala del Tribunal Supremo, m¨¢ximo ¨®rgano de consulta del fiscal general, le ha dado la raz¨®n por amplia mayor¨ªa. No existe, pues, obst¨¢culo alguno para que la fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional plantee formalmente el desestimiento del juez Garz¨®n en ese controvertido asunto a fin de que sea un juzgado ordinario el encargado de investigarlo. Otra cosa es que el juez Garz¨®n acepte ese punto de vista o que termine plante¨¢ndose un conflicto de competencias que puede llegar al Supremo.En un asunto que no hubiera sido el de los papeles de Laos, la posici¨®n de Granados no hubiera tenido mayores consecuencias. Se habr¨ªa aceptado sin m¨¢s o, en todo caso, se habr¨ªa discutido entre los fiscales m¨¢s directamente comprometidos con el caso: los de la Audiencia Nacional y los de la Audiencia Provincial de Madrid. Lo que no habr¨ªa pasado de ser una mera cuesti¨®n t¨¦cnico-jur¨ªdica ha estado a punto de ser algo m¨¢s en los papeles de Laos. Se ha hablado, seguramente con exageraci¨®n, de rebeli¨®n o de pulso entre fiscales. Pero lo que s¨ª parece cierto que ha habido es un cierto cuestionamiento de uno de los principios b¨¢sicos en la actuaci¨®n del ministerio fiscal: el de su unidad y dependencia jer¨¢rquica.

La postura de Granados de que sea un juzgado ordinario y no un juez de la Audiencia Nacional el que investigue la presunta falsedad de los papeles de Laos ten¨ªa s¨®lidas razones jur¨ªdicas. Y el que ahora las avale la Junta de Fiscales de Sala del Supremo deber¨ªa ser suficiente para despejar cualquier duda que pudiera existir al respecto. Si el presunto delito, de falsedad se ha consumado en Espa?a, en el momento en, que los ya famosos papeles son presentados ante la juez que instruye el caso Rold¨¢n, lo procedente es que lo investigue un juzgado ordinario. Y as¨ª hubiera sido, seguramente, en un supuesto distinto que no afectara tan directamente al Gobierno.

Pero no puede aceptarse que el escenario judicial cambie y que sus reglas de funcionamiento sean distintas seg¨²n los acusados y los jueces. Ciertamente, el papel central que el juez Garz¨®n juega en los asuntos penales que afectan al Gobierno hace sospechosa cualquier iniciativa, como ¨¦sta del fiscal general, que pueda suponer apartarle de alguno de ellos. Pero, sin poner en duda su dedicaci¨®n y celo en la investigaci¨®n de esos asuntos, ser¨ªa verdaderamente disparatado pensar que la justicia termina all¨ª donde deja de actuar el juez Garz¨®n. Para bien de todos, y sobre todo del juez Garz¨®n, las cosas no son as¨ª. Pero, en cualquier caso, lo que la iniciativa del fiscal general pretente no es tanto apartar al juez Garz¨®n del caso Laos como que no siga con (51 si no le corresponde. A su entender, no le corresponde, pero no es tarea del ministerio fiscal decidirlo, sino de los tribunales.