Polic¨ªas antidisturbios toman dos ciudades para controlar el malestar de los iran¨ªes
Numerosos polic¨ªas antidisturbios, metralleta en mano y bayoneta en la cintura, patrullaban ayer las calles de Akbar Abad e Islamshahr, en las inmediaciones de Teher¨¢n, donde el martes se produjeron graves disturbios que costaron la vida a nueve personas, seg¨²n la oposici¨®n en el exilio. Los medios oficiales no han dado cifra alguna de muertos o heridos y simplemente hablan de la detenci¨®n de "golfas" que han "da?ado edificios p¨²blicos y veh¨ªculos". Es la primera vez que incidentes tan graves se producen a las puertas de la capital de la rep¨²blica isl¨¢mica, sacudida por un intenso malestar por la inflaci¨®n galopante y el cada vez m¨¢s dif¨ªcil acceso de las clases populares a la educaci¨®n y a la sanidad.
La presencia policial era ayer disuasoria tanto en Akbar Abad como en Islamshahr, cuyos dos hospitales estaban fuertemente custodiados por agentes que imped¨ªan el acceso a los periodistas. Coches policiales patrullaban el centro de Akbar Abad y en varias ocasiones se pudo ver c¨®mo agentes de paisano practicaban detenciones. Medio centenar de personas, muchas de ellas de edad avanzada y con ojos llorosos, hac¨ªan cola ante la comisar¨ªa de polic¨ªa de esta ciudad obrera en busca de noticias de familiares, a los que no hab¨ªan visto desde el d¨ªa anterior. La misma escena se repet¨ªa en Islanishahr. La carretera que une ambas localidades estaba tambi¨¦n patrullada por polic¨ªas que efectuaban controles de veh¨ªculos. Las calles ya hab¨ªan sido limpiadas de los restos de los saqueos del d¨ªa anterior y era perceptible un forzado aire de normalidad. Las tiendas estaban abiertas, aunque sin apenas clientes, y s¨®lo en una panader¨ªa de Akbar Abad hab¨ªa clientes.
El estallido del martes refleja lo insoportable que la situaci¨®n econ¨®mica se est¨¢ volviendo para amplios sectores de la sociedad iran¨ª. La liberalizaci¨®n incontrolada de la econom¨ªa ha sumido al pa¨ªs en una grave crisis financiera con su corolario de inflaci¨®n galopante. Desde primeros de a?o, los precios de los productos alimenticios b¨¢sicos se han incrementado entre un 50% y un 100%, sin su correspondiente contrapartida salarial: los sueldos no subir¨¢n m¨¢s del 30% en 1995.
Los alquileres se han disparado y los propietarios exigen fianzas que suponen en ocasiones varios a?os de salario. El acceso a la educaci¨®n y a la sanidad se hace cada vez m¨¢s arduo para los pobres. Los colegios, afectados por los recortes presupuestarios, reclaman elevadas sumas para incribir a los ni?os y en los hospitales es dif¨ªcil recibir atenci¨®n sin engrasar previamente los bolsillos de algunos responsables.
"No aguantamos m¨¢s, estamos ahogados." comenta un joven en paro de Akbar Abad, en una variante de lo que el martes vaticinaba otro vecino: "Los disturbios no han hecho m¨¢s que comenzar".
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