Los nacionalismos y el sistema electoral se interponen en la reforma del Senado

La conversi¨®n del Senado en C¨¢mara de las autonom¨ªas es viable, seg¨²n su presidente, Juan Jos¨¦ Laborda, tras culminar esta semana pasada el ciclo de comparecencias de los padres de la Constituci¨®n y los presidentes auton¨®micos. No obstante, los ponentes de la reforma tienen que afrontar dos grandes obst¨¢culos: la posici¨®n de los presidentes nacionalistas catal¨¢n y vasco por el reconocimiento de las nacionalidades y las diferencias entre socialistas y populares sobre la forma de elegir a los senadores.

La comparecencia del presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, en el Senado fue acogida el viernes pasado con gran expectaci¨®n. No concret¨® de qu¨¦ forma el nuevo Senado debe recoger el hecho diferencial de las nacionalidades, pero s¨ª descart¨® lo que m¨¢s tem¨ªan socialistas y populares: el derecho al veto de los senadores nacionalistas en los ternas que afecten a sus comunidades.El presidente del Senado cree que existen f¨®rmulas capaces de conciliar la pretensi¨®n de Pujol. Entre ellas, la posibilidad de que los senadores de una comunidad a la que una medida afecte a su hecho diferencial -la lengua, el derecho foral o la insularidad- puedan interponer recurso de inconstitucionalidad. La Constituci¨®n exige el concurso de 50 senadores.

La cuesti¨®n es vital para los vascos. Algunos interlocutores del PNV, como el senador y ponente Ricardo Sanz, se han. manifestado a favor de este derecho de veto. Han adelantado, incluso, que esta reforma deb¨ªa servir para introducir el derecho a la autodeterminaci¨®n. Socialistas y populares rechazan esta posibilidad.

Leguina y el sistema brit¨¢nico

El segundo frente de desacuerdo, esta vez entre socialistas y populares, se refiere a la forma de elecci¨®n de los senadores. El presidente valenciano, Joan Lerma, defendi¨® un sistema proporcional desde los parlamentos regionales y en funci¨®n del n¨²mero de habitantes de cada comunidad.

La cohesi¨®n socialista tuvo dos excepciones, el madrile?o Joaqu¨ªn Leguina y el castellano-manchego Jos¨¦ Bono. Leguina defendi¨® el sistema brit¨¢nico, mayoritario, de elecci¨®n por distritos con una circunscripci¨®n de un electo por cada 200.000 habitantes. Bono defendi¨® el sistema mixto: directo y por parlamentos regionales.

La posici¨®n mayoritaria socialista, encabezada por Lerma, choca de bruces con la defendida por los presidentes del PP, cuya punta de lanza es el castellanoleon¨¦s Juan Jos¨¦ Lucas, quien propone la provincia como circunscripci¨®n electoral. Manuel Fraga, por el contrario, defiende el sistema federal americano, esto es, que los senadores sean elegidos en n¨²mero igual por autonom¨ªas.

Detr¨¢s de las posiciones mayoritarias del PP y PSOE subyace un choque de intereses. Andaluc¨ªa, plaza fuerte del PSOE, dispondr¨ªa de tres veces m¨¢s de senadores que Castilla y Le¨®n -el granero del PP-, que cuenta con 2,5 millones de habitantes. Por e 1 sistema propuesto desde el PP, Castilla y Le¨®n, con nueve provincias, ganar¨ªa a Andaluc¨ªa (ocho provincias) en senadores.