La isla seca en la Espa?a h¨²meda
La cuenca cede agua mientras varios pueblos de Arag¨®n se nutren de camiones cisterna
M¨®stoles a partir hoy, entrar¨¢ en la peque?a historia de la cuenca del Ebro. El nombre de la localidad madrile?a da su nombre al barco que llevar¨¢ cada tres d¨ªas a Mallorca los excedentes de agua del r¨ªo que, desde Fontibre, en Cantabria, recorre cinco comunidades hasta desembocar en el Delta.Estas aguas se consideran como propias en Arag¨®n, al transcurrir por esta comunidad los mayores caudales, procedentes de las aportaciones de los afluentes pirenaicos. Hoy, los camiones-cuba de las diputaciones de Teruel y Zaragoza continuar¨¢n abasteciendo a algo m¨¢s de medio centenar de poblaciones, ante la ausencia de agua potable en sus pozos.
Los agricultores de esta regi¨®n intensifican sus voces de alarma al. no estar incluidos en las previsiones del Gobierno central para paliar la sequ¨ªa que asola la mayor parte de la Pen¨ªnsula. Sus cosechas est¨¢n en peligro, cuando no ya p¨¦rdidas.
Arag¨®n cuenta en su territorio con la mayor extensi¨®n de cordillera pirenaica de las comunidades espa?olas, en su vertiente sur. La gran cantidad de nieve ca¨ªda en los ¨²ltimos a?os permitir¨¢ este a?o mejorar los buenos balances de las estaciones de esqu¨ª, pero en algunos casos, al no disponer de embalses en determinados r¨²ios, obligar¨¢ a abrir las compuertas de las presas encargadas de retener el agua para tiempos de sequ¨ªa. Este hecho, repetido casi a?o tras a?o, mantiene a esta comunidad dentro de los mapas oficiales de la Espa?a h¨²meda. Nada m¨¢s lejos de lo a?orado, incluso de lo rogado en las procesiones que ya se celebran en varias localidades de la margen derecha del Ebro.
El r¨ªo supone una frontera, en muchos casos, entre la abundancia y la pobreza. As¨ª se demostr¨® en los incendios del pasado a?o cuando en localidades del Maestrazgo turolense, una zona que qued¨® en buena parte arrasada por las llamas. Uno de los pastores que con premura hu¨ªa del fuego indicaba que no hab¨ªa visto llover en los ¨²ltimos tres a?os. La falta de infraestructuras que conduzcan el agua hasta las tierras del Bajo Arag¨®n provoca estas contradicciones; al delta tarraconense llegan millones de metros c¨²bicos de agua que se pierden en el Mediterr¨¢neo.
El plan hidrol¨®gico de la cuenca se encuentra sensiblemente retrasado, aunque las autoridades insisten en que se concluir¨¢ "a tiempo". Tras, estos retrasos, se encuentra la presi¨®n pol¨ªtica contra los trasvases previstos en el Plan Hidrol¨®gico. En Arag¨®n se suscribi¨® en la legislatura que acaba de concluir el llamado Pacto del Agua entre las fuerzas pol¨ªticas m¨¢s representativas. En ¨¦l se asum¨ªa que no se facilitar¨¢ agua a otras zonas mientras no est¨¦n garantizados los caudales "necesarios" para esta regi¨®n. Por "necesarios" se entiende no s¨®lo los actuales suministros sino las necesidades para regar zonas ahora de secano.
La proximidad de la campana electoral hace prever que las fuerzas regionalistas vuelvan a levantar la bandera contra los trasvases, pese a que ya est¨¢n en marcha cinco nuevos embalses. A¨²n est¨¢n en el aire dos de los principales proyectos pendientes: el embalse de Itoiz y el recrecimiento de la presa de Yesa, ambos en Navarra. La controversia, sobre su impacto medioambiental ha frenado las obras, aunque los responsables de la cuenca est¨¢n convencidos de que se concluir¨¢n en los pr¨®ximos a?os.
Cuando quede garantizada la cobertura de necesidades pendientes, ser¨¢ menos "agresivo" hablar de trasvases en Arag¨®n, una comunidad que dispone para el suministro de m¨¢s de la mitad de sus habitantes (los de Zaragoza) de un canal que arranca en tierras navarras.
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