Interior asegura que prisiones utiliza a un excesivo n¨²mero de polic¨ªas

La Secretar¨ªa de Estado de Interior y la de Asuntos Penitenciarios est¨¢n librando una guerra sorda a causa de la custodia policial de los presos que requieren asistencia hospitalaria. La viceministra Margarita Robles, bas¨¢ndose en los informes que le pasa la polic¨ªa, asegura que esta tarea ocupa a diario a cientos de agentes, lo que compromete seriamente el despliegue callejero del Plan de Seguridad Ciudadana emprendido a comienzos de a?o. Pero el equipo de la viceministra de Asuntos Penitenciarios, Paz Fern¨¢ndez Felgueroso, discrepa de los datos de Interior y asegura que la reforma en el sistema de atenci¨®n sanitaria a los reclusos detrae ahora menos polic¨ªas que hace unos meses.

Asuntos Penitenciarios ha decidido reformar el sistema de atenci¨®n a los reclusos que precisan asistencia m¨¦dica y para ello ha desmontado su vieja red sanitaria propia. En su lugar, ha optado por firmar un convenio con el Insalud, "atendiendo las reiteradas recomendaciones del Defensor del Pueblo y del Comit¨¦ de Ministros del Consejo de Europa", se?ala."La necesidad de obtener una adecuada cobertura asistencial especializada para los ciudadanos privados de libertad, su n¨²mero y distribuci¨®n geogr¨¢fica no justifican la creaci¨®n, por parte de la Administraci¨®n Penitenciaria, de unos servicios sanitarios totalmente propios", manifiesta David Beltr¨¢n, director general de Instituciones Penitenciarias.

Paz Fern¨¢ndez Felgueroso y Carmen Mart¨ªnez Aguayo, directora general del Instituto Nacional de la Salud, han suscrito recientemente un acuerdo para la prestaci¨®n m¨¦dica a los presos por parte de la red sanitaria p¨²blica. Como resultado del convenio, en breve se van a construir en diversos hospitales m¨®dulos especiales para la atenci¨®n a los reclusos enfermos. La financiaci¨®n de estas obras y los subsiguientes gastos cl¨ªnicos corren a cargo de los presupuestos penitenciarios.

El plan de Asuntos Penitenciarios permitir¨¢ reducir el n¨²mero de polic¨ªas que ahora deben vigilar las habitaciones de los reclusos enfermos y, adem¨¢s, facilitar¨¢ el trabajo de los m¨¦dicos, seg¨²n fuentes de ese departamento. ?stas agregan que incluso se est¨¢ dise?ando un modelo de cama que impida que la polic¨ªa pueda amarrar a los pacientes con grilletes, con lo que se les garantiza un trato m¨¢s digno.

Estalla el conflicto

El cierre del Hospital General Penitenciario de Carabanchel, en Madrid, a lo largo de los ¨²ltimos tres meses ha supuesto el mayor estallido de la guerra entre Interior y Asuntos Penitenciarios. El primer departamento afirma que diariamente dedica a 500 polic¨ªas al traslado y custodia de presos enfermos, mientras que Asuntos Penitenciarios sostiene que las conducciones de reclusos de las diversas c¨¢rceles de Madrid hasta hospitales se han rebajado de 426 que hubo entre noviembre y diciembre pasados hasta las 3 10 registradas entre enero y febrero. El Carlos III ser¨¢ el hospital de referencia en el que se asistir¨¢ a los reclusos de Navalcarnero, Valdemoro, Guadalajara y Alcal¨¢-Meco.

Los gobernadores civiles de varias provincias est¨¢n transmitiendo a la viceministra Robles duras y constantes quejas sobre el gran n¨²mero de polic¨ªas que deben emplear en el traslado y la custodia de presos en hospitales. Los agentes necesarios para esa tarea, seg¨²n los gobernadores, tienen que ser retirados del patrullaje urbano, lo que impide llevar a cabo el Plan de Seguridad Ciudadana puesto en marcha en enero por el superministerio de Justicia e Interior.

Fuentes de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa denuncian que la situaci¨®n es especialmente cr¨ªtica en Madrid y Toledo, ciudad ¨¦sta en la que m¨¢s de la mitad de la plantilla est¨¢ empleada en dar custodia a los presos. Algo parecido ocurre en Pamplona, donde diariamente hay muchos agentes dedicados a trasladar a hospitales a muchos de los insumisos presos en esa ciudad.

El traslado y custodia de reclusos es un viejo motivo de fricciones entre las fuerzas de seguridad del Estado y las autoridades penitenciarias. Pero ¨¦stas han desechado el proyecto elaborado por Antoni Asunci¨®n durante su etapa en Asuntos Penitenciarios respecto a crear un cuerpo propio encargado de esta misi¨®n.

Pese a que Asuntos Penitenciarios e Interior pertenecen al mismo ministerio -el que dirige Juan Alberto Belloch- el cruce de acusaciones entre ambos departamentos se ha convertido en una aut¨¦ntica guerra. El equipo de Fern¨¢ndez Felgueroso y el de Robles esgrimen sus propios datos para acusar al oponente de tergiversar los hechos.