"This is more Goya"
Dos mujeres estadounidenses procedentes de Denver (Colora do) franqueaban a mediod¨ªa de ayer una de las salas del Museo del Prado, la que alberga, entre otras obras, Los Fusilamientos del 2 de Mayo de Goya. Una de ellas, exhausta despu¨¦s de sufrir apretones un rato antes para contemplar las pinturas negras, del artista ma?o, gir¨¦ la cabeza para decirle a la otra con cansan cio: "This is more. Goya..." (Esto es m¨¢s Goya). Ambas esta ban exhaustas de la maratoniaria ma?ana, recorriendo todas las salas de la pinacoteca.Formaban parte de las 4.000 personas que ayer acudieron al Prado. Una cifra que se encuentra entre las m¨¢s altas del a?o, m¨¢xime teniendo en cuenta que el Jueves Santo s¨®lo abre por la ma?ana, entre las 10.00 y las 14.00 horas. Madrid se encuentra estos d¨ªas repleto de turistas, nacionales y extranjeros. Son las primeras vacaciones del a?o en las que el tiempo acompa?a. Pese a este dato, el Prado mantiene sus costumbres de toda la vida y hoy, Viernes Santo, cierra.
El pasado a?o, 27.766 personas visitaron. la primera pinacoteca de Madrid entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurreci¨®n. Este a?o se espera una afluencia similar, pese a que ahora los ciudadanos espa?oles ya no puedan entrar gratis, sino obteniendo una entrada por.600 pesetas. Los turistas espa?oles no faltaban ayer en el Prado, mezclados con los extranjeros.
Francisco de Goya era ayer la estrella indiscutible de la pinacoteca. Una hora antes de cerrar, la sala que alberga sus pinturas negras estaba a reventar. No hab¨ªa forma de contemplar las telas. Igual suced¨ªa en el reducid¨ªsimo espacio donde se exhiben las dos Majas. Una Babel concentrada en cinco metros cuadrados.
Mientras, obras maestras como el Retrato de un cardenal del artista renacentista Rafael pod¨ªan ser contempladas en silencio y sin molestias en la exposici¨®n de Sebastiano del Piombo.Piel enrojecida
El recorrido tur¨ªstico hacia la pinacoteca comienza en la Puerta del Sol. La carrera de San Jer¨®nimo, la l¨ªnea m¨¢s. recta entre uno y otro punto, es un continuo ir y venir de extranjeros, inconfundibles por su atuendo de pantal¨®n corto, camiseta, c¨¢mara al hombro y piel enrojecida. Es muy frecuente que en plena plaza de Neptuno algunos turistas despistados pregunten al peat¨®n: "?Donde est¨¢ el Prado?".
El paseo del Prado se erige este mes en el reino de los pro ductos para guiris. Una concentraci¨®n de tenderetes ofrece des de cuadros al ¨®leo por "Two thousand pesetas" (dos mil pese tas) hasta camisetas y, como no, los carteles de corridas de toros en los que graban el nombre del turista. Una estampa que no ha variado en treinta a?os. Unas decenas de metros m¨¢s arriba, los extranjeros encuentran el punto fotografiable de Madrid: la Cibeles y el Palacio de Telecomunicaciones. Madrid les ofrece los Austrias, la Plaza Mayor y el Palacio Real. Menos mal que les queda Toledo y Aranjuez.
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