Goles para combatir el desencanto
El Bar?a se aprovecha del Valladolid con Jordi Cruyff como estilete
Hu¨¦rfano, repudiado y desahuciado, el Barca se regal¨® un triunfo adornado con goles ante uno de los equipos m¨¢s desarrapados de la Liga. M¨¢s de mes y medio (49 d¨ªas) llevaba el grupo azulgrana arrastr¨¢ndose por el calvario de la Liga sin ver el rostro a la victoria y cargando con la saliba de la hinchada propia y ajena. Ya nadie habla bien de este equipo sino que se escupe sobre ¨¦l y sus progenitores.El Barcelona es hoy una leyenda de la que se escribe sin parar sobre sus haza?as (aparecen libros y libros sobre sus gestas) ante el triste dietario que depara el ejercicio presente. No hay nada que contar, sobre su discurrir actual y s¨ª mucho acerca de su pasado. Tiene ya el Camp Nou la pinta propia de esas casetas de calle en que algunos libreros anuncian que compran, venden, cambian y hasta pasan a domicilio.
M¨¢s de la mitad del equipo que Cruyff puso ayer en escena tiene el cartel de transferible colgado, por no hablar ya del banquillo ni de los ausentes. Llega dos a este punto hay que mirar m¨¢s a los futbolistas que al f¨²tbol. No hay juego de equipo y si desfiles particulares. Y, para modelos, no hay otros como Jordi y Txiki. Uno y otro se exhibieron por la pasarela del Valladolid.
Los de Pucela, avergonzados por su saldo ofensivo (tres goles en 14 salidas), optaron por poner al ariete de libre (Urban). El recurso forastero fue el mejor remedio para acabar con la sequ¨ªa local (dos tantos en cinco partidos).
Nadie recordaba un partido tan pl¨¢cido en el Camp Nou. Los goles llegaron en los momentos puntuales para tranquilidad tanto del equipo como de los aficionados que no viven para sustos ante el mercadeo que hay montado en tomo a la plantilla azulgrana para el a?o que viene.
Estuvo listo Jordi. El hijo del jefe celebr¨® su santo con un gol -el primero-, de bandera (un buen desmarque, una mejor recepci¨®n y el remate justo y otro, el tercero, de pillo. Qued¨® enmedio un churro de Txiki y, para postre, un remate propio de cuando Amor era santo y se?a de la cantera y no pieza de cambio. Los goles . sirvieron para avivar un juego muy reposado y combatir el desencanto cul¨¦ ante la carrera del Madrid y la necesidad urgente de meterse en la UEFAI.
No est¨¢ el socio azulgrana, acostumbrado a tatarear el himno de la Liga de Campeones, para medir la distancia que hay entre su equipo y el Betis. Media grada cambi¨® ayer su asiento de tribuna por una silla de camping, un sacrilegio si se recuerda que el primer mandamiento de Cruyff a su llegada al Camp Nou fue el de volver a llenar el estadio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.