Estupor entre los seguidores de Chirac por el resultado
Silencio y escalofr¨ªos. As¨ª, de tan mala manera, empez¨® la fiesta de Jacques Chirac. Eran las 8 de la tarde y los monitores de televisi¨®n vomitaron las proyecciones de voto: Jospin por delante, empate por detr¨¢s. En un instante de miedo, flotaron bajo la gran carpa todos los viejos terrores del chiraquismo. El espectro del eterno techo en el 20%, el estupor de la derrota, la incredulidad ante el fiasco de decenas de sondeos que les hab¨ªan prometido a ellos, a Chirac, una holgada victoria en la primera vuelta.Los mismos monitores, con nuevas proyecciones, s e encargaron de resucitar el ambiente. Chirac perd¨ªa, pero pasaba. Balladur se quedaba en la cuneta. Los primeros aplausos de la noche, t¨ªmidos, no fueron de alegr¨ªa, sino de rabia y alivio, y celebraron el fracaso del primer ministro. Las gentes de Jacques Chirac hab¨ªan instalado una gran carpa frente a la sede de la candidatura, en la muy chic avenida de lena. La manzana, la celeb¨¦rrima manzana de Chirac, estaba en todas partes. Hizo falta tiempo, y una cierta recuperaci¨®n del pulso, para que los asistentes mordisquearan la fruta o picotearan alg¨²n canap¨¦. "Somos burros, somos burros", repet¨ªa un caballero, como una letan¨ªa. "?Qui¨¦n se cree que le ha dado la victoria a Jospin? Pues nosotros, que somos burros", explic¨®. "Nos hemos cre¨ªdo los sondeos y hemos votado a Jospin para fastidiar a Balladur. Yo, al menos, lo he hecho. Somos burros". La opini¨®n colectiva coincid¨ªa en que el "cambio" ofrecido por el nuevo Jacques Chirac no acababa de ser cre¨ªdo por la ciudadan¨ªa, y en que se hab¨ªa cantado victoria demasiado pronto. "Volvemos a estar clavados en el 20%, volvemos a depender del voto agrario, volvemos a ir por detr¨¢s. Como en 1988, Es una pesadilla" dijo un joven militante. "Acabaremos con otro socialista en el El¨ªseo. Los franceses no aprenderemos nunca", se lament¨® una se?ora elegante. Tard¨® en llegar Chirac. Para cuando lo hizo, Balladur ya hab¨ªa reconocido su derrota y hab¨ªa pedido el voto para su correligionario. La declaraci¨®n del primer ministro, transmitida por los monitores, levant¨® los ¨¢nimos en la carpa chiraquista.
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