"Al menos, que nos den la opci¨®n de usarlo"
Los alumnos quieren el diccionario, aunque no lo utilicen "por los nervios"
La idea generalmente extendida de que los estudiantes espa?oles escriben con una ortograf¨ªa cada vez m¨¢s catastr¨®fica ha contribuido a presionar a los responsables de la prueba de selectividad en las universidades. Los de Madrid se pusieron de acuerdo. Una falta no se tiene en cuenta; dos se penalizan con un punto menos; tres, con dos y, con cuatro, la puntuaci¨®n m¨¢xima del ejercicio no podr¨¢ sobrepasar un 3 sobre 10. "Los dem¨¢s aspectos (acentos, puntuaci¨®n y sintaxis, etc¨¦tera) se evaluar¨¢n seg¨²n la apreciaci¨®n del corrector".Y es aqu¨ª donde surge el debate. Parece como si la tradicional confusi¨®n de letras (be por uve, ge por jota ... ) o el uso indebido de la hache sea lo que m¨¢s preocupa. Aparte de que la pormenorizaci¨®n y unidad de criterios de calificaci¨®n para los restantes aspectos resulta imposible.
Jes¨²s Mesanza, inspector t¨¦cnico de Educaci¨®n y profesor asociado de Organizaci¨®n Escolar en la Facultad de Educaci¨®n de la Complutense, se doctor¨® con una tesis elaborada a partir del inventario de los errores ortogr¨¢ficos de los escolares madrile?os, y es autor de una docena de libros sobre la materia.
Ortograf¨ªa tradicional
Aunque participa de la misma preocupaci¨®n ante "el evidente deterioro actual de la ortograf¨ªa", cree que deber¨ªa abandonarse el planteamiento tradicional de conceder la m¨¢xima importancia a los cl¨¢sicos errores en la confusi¨®n de letras que, "desde el estricto punto de vista ling¨¹¨ªstico, pueden ser irrelevantes". Mesanza advierte "cierta liberalidad" en la apreciaci¨®n de los errores relacionados con los acentos o con los signos de puntuaci¨®n, que le parecen mucho m¨¢s importantes.Por otra parte, opina que es fundamental imbuir en el alumno una "din¨¢mica cient¨ªfica, que consiste en acostumbrarle a salir de la duda por sus propios medios". "En matem¨¢ticas, en f¨ªsica, en lengua..., salir de la duda por los propios medios implica saber usar una documentaci¨®n, unos recursos, una regleta de c¨¢lculo, un diccionario. Yo defiendo que, incluso en una situaci¨®n de examen como el de la selectividad, el alumno pueda tener a mano esas herramientas".
Pilar Garc¨ªa Rebollo, profesora de Lengua y Literatura Espa?ola en el madrile?o instituto de bachillerato Felipe II, tiene fama entre sus alumnos de ser "muy comprensiva". Lo que no le impide ser "exigente en todos los aspectos de la escritura". Dice que no tienen inconveniente en que los alumnos utilicen el diccionario o le consulten las dudas que les surjan en el momento del examen, pero no cree que debiera permitirse en la selectividad. "Una buena ortograf¨ªa", dice "es sustancial en el lenguaje escrito, y en la prueba de madurez, que eso es el examen de selectividad, la ayuda del diccionario no debiera ser necesaria para el alumno que est¨¢ a punto de ingresar, en la Universidad". S¨ª considera que debe contar por encima de todo la riqueza expresiva y la claridad de conceptos. En ese sentido, est¨¢ convencida de que "la mala ortograf¨ªa suele coincidir con una p¨¦sima expresi¨®n y un gran desconocimiento". V¨ªctor Manuel, Mar¨ªa del Carmen, Francisca, Gema y Javier son alumnos del COU en el Felipe II. Los cinco reconocen que tampoco ellos se han planteado que se les pudiera permitir usar el diccionario en el examen de selectividad, del que se encuentran tan cerca y al que temen como a un nublado.
Dudas y sin¨®nimos
V¨ªctor Manuel, estudiante de ciencias, dice que a ¨¦l le ser¨ªa "especialmente ¨²til para el comentario de textos", y que lo utiliza bastante en su casa cuando se entrena para este ejercicio. Carmen, tambi¨¦n alumna de ciencias, tiene asumida la imposibilidad de usarlo, as¨ª como el consejo permanente de sus profesores de "recurrir al sin¨®nimo" cuando duda sobre la ortograf¨ªa de una palabra. Francisca, del COU de letras, es la que expresa. un mayor grado de entusiasmo por el diccionario: "No tanto porque tenga muchas dudas ortogr¨¢ficas", explica, "sino porque me parece esencial para ampliar el conocimiento de las palabras, descubrir nuevos significados y sin¨®nimos".A Gema no le convence del todo el recurso al sin¨®nimo "porque no siempre lo encuentras" precisa, "en el momento en que lo necesitas, y ponerte a pensarlo te puede poner m¨¢s nerviosa, que el tener que buscarlo en el diccionario". Javier a?ade que probablemente, aunque pudieran, no lo usar¨ªan "por los nervios y las prisas". La unanimidad es absoluta en esos dos matices -los nervios y el tiempo- ante el debate sobre diccionario s¨ª-diccionario no. Tambi¨¦n ante la prohibici¨®n: "Al menos, deber¨ªan darnos la opci¨®n de utilizarlo".
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