Jaime de Pablo Romero: "Mi ganader¨ªa no tiene demanda"
"El toro actual es un manso que colabora"
El ganadero sevillano Jaime de Pablo Romero propietario del legendario hierro que lleva su nombre, no atraviesa momentos especialmente felices. La evoluci¨®n torerista de la fiesta, la degeneraci¨®n del espect¨¢culo taurino, la leyenda negativa sobre sus toros y su caracter¨ªstica personalidad como ganadero le est¨¢n pasando una amarga factura: sus corridas no tienen demanda. De las nueve que pastan en la dehesa, s¨®lo tiene vendida una para la plaza navarra de Tafalla.
El resto de los pablorromeros esperan que algunos empresarios importantes cumplan promesas que parecen olvidadas."La camada de este a?o es excepcional en cantidad y trap¨ªo", dice, "pero la verdad es que mis toros carecen de demanda en estos momentos; las promesas que me hicieron a finales del 94 empresarios. importantes no se han cumplido, y no s¨¦ qu¨¦ pasar¨¢ con las cinco corridas que tengo para plazas de primera".
Dice Pablo Romero que no sabe lo que ha podido ocurrir, aunque apunta algunas razones: "La fiesta de los toros, no est¨¢ en el aire de las corridas duras que, pr¨¢cticamente, est¨¢n desapareciendo de las ferias, y yo hago lo posible por mantener las tradiciones de mi casa; no permito, por ejemplo, que entren vedoreres en mi ganader¨ªa, se ve lo que creo que vale, vendo a empresarios y no a intermediarios, pongo un preci¨® adecuado a mis corrida s y las cobro en el momento del embarque; todo ello, junto al cambio que se est¨¢ produciendo en el espect¨¢culo, justifica mi situaci¨®n".
La primera decepci¨®n se la ha producido su ausencia del abono sevillano, aunque agradece al empresario que le presentara disculpas. "Siempre es un contratiempo no lidiar en la Maestranza", dice, "aunque nunca he tenido suerte en esta plaza y, adem¨¢s, es muy dif¨ªil triunfar con ciertos carteles y fechas".
A pesar de todo, Jaime de Pablo Romero est¨¢ convencido de que su ganader¨ªa est¨¢ recuperada y ha alcanzado "el mismo nivel que en los a?os cincuenta o sesenta, aunque me falta un ¨¦xito importante en una plaza de primera y de la mano de una figura". Consciente de que no es f¨¢cil que se realice su sue?o, afirma que no est¨¢ ni arrepentido ni desanimado. "Dije que necesitaba, 25 a?os para recuperar la ganader¨ªa de Pablo Romero, y lleve, 15; a mi juicio, era un planteamiento sensato que, adem¨¢s, no pod¨ªa ser de otra forma, porque mi reto no era ser ganadero, sino recuperar una leyenda". A?ade que el ¨²nico des¨¢nimo que le queda es el econ¨®mico, y "no lo padezco, porque tengo el apoyo total de mi mujer y mis hijos a quienes no les he o¨ªdo la m¨¢s m¨ªnima queja".
Lo que tiene claro el ganadero es que no acudir¨¢ a las ferias de Madrid, Pamplona, Nimes, Bilbao, Valencia o M¨¢laga, plazas tradicionales de este hierro, aunque mantiene el consuelo de que quedan muchas ferias por hacer.
Mejor toreo, m¨¢s aburrido
Esta Fiesta necesita un revulsivo", afirma, "y no puede estar sustentada en quince o veinte ganader¨ªas y diez o doce toreros". "Al toro de hoy se le llama bravo", prosigue, "pero es un manso que cumple y colabora; antes, el torero se acoplaba a las condiciones del toro y, hoy, es el toro el que colabora con el torero, por eso hoy se torea Mejor y la gente se aburre m¨¢s que nunca".
Se queja el ganadero de que el colectivo al que pertenece ha perdido protagonismo y se ha acomodado a las imposiciones de la sociedad de consumo. "La ganader¨ªa ha pasado de ser un lujo y un capricho a un negocio en el que se mira la peseta; el ganadero cr¨ªa un toro est¨¢ndar para una fiesta y un toreros est¨¢ndares".
Jaime de Pablo Romero no quiere opinar sobre la importan cia del afeitado, pero a?ade que "a lo peor no vendo porque no afeito, aunque, por suerte o por desgracia, nunca me lo han pedido". A pesar de sus apuros actuales, afirma que jam¨¢s afeitar¨ªa, aunque cree que el mayor fraude es el descaste de los toros. "El afeitado es un fraude", termina, "porque no se anuncia; el d¨ªa que se atreva el primero, se aceptar¨¢ como nornia".
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