Pesqueros en puerto
DESDE HOY, los 600 pesqueros espa?oles que faenan en los caladeros marroqu¨ªes no podr¨¢n salir a la mar. Los acuerdos de pesca con Marruecos expiraron ayer, 30 de abril, sin ser reemplazados por otros. Durante el tiempo que duren las negociaciones iniciada s hace algunos d¨ªas entre la Uni¨®n Europea (UE) y. Marruecos, los barcos permanecer¨¢n Amarrados en puerto y sus tripulaciones sobrevivir¨¢n a cuenta de las ayudas econ¨®micas ofrecidas por Espa?a y la Comisi¨®n Europea.?sa es la situaci¨®n. Nada nueva, por cierto. Se repite lo sucedido en 1988 con motivo de la firma de los acuerdos caducados ahora. Entonces, el par¨®n de la flota pesquera fue de dos meses. El que haya un tiempo muerto entre un acuerdo y otro forma parte del espect¨¢culo con que Marruecos gusta adornar la negociaci¨®n. Es la forma de crear zozobra e inquietud en la otra parte y de intentar debilitar su posici¨®n. Pero esta actitud, que-, por conocida, no debe causar ninguna mella en la posici¨®n de los negociadores europeos, s¨ª puede a?adir alg¨²n grado m¨¢s de angustia. y preocupaci¨®n a los pescadores espa?oles.
La sombra del acuerdo pesquero con Canad¨¢ es lo suficientemente alargada como para proyectarse sobre el que se intenta renegociar con Marruecos. Y aunque sea cierto, como afirma el Gobierno, que el acuerdo con Canad¨¢ ha sido el mejor de los posibles en el sentido de que fuera de la UE no hubiera sido posible ninguno, no lo es menos que la cuota de pesca asignada a Espa?a en las aguas del Atl¨¢ntico noreste es cada vez menor. Los pescadores gallegos lo saben mejor que nadie, y de ah¨ª la masiva concentraci¨®n de protesta contra dicho acuerdo, el pasado s¨¢bado, en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. Es una tendencia a la baja, que se prev¨¦ inexorable tambi¨¦n en el caso de Marruecos por poco o, nada que_ tenga que ver con el de Canad¨¢.
Sin embargo, las bazas con que cuenta la UE para conseguir un acuerdo de pesca equitativo son mayores en> el caso de Marruecos que en el de Canad¨¢. Tambi¨¦n es positivo que a nadie se le haya ocurrido, ni por asomo, recurrir a medidas de fuerza para reforzar su posici¨®n. En los acuerdos de pesca con Espa?a, primero, y con la UE, despu¨¦s, Marruecos siempre ha hecho hincapi¨¦ en cuatros puntos: reducci¨®n paulatina de capturas por razones ecol¨®gicas, aumento del control por su parte, m¨¢s apoyos financieros y mayor empleo de sus pescadores en los buques comunitarios. Es inevitable, seguramente, que Marruecos siga consiguiendo ventajas en. estos puntos. Pero no lo es que esas ventajas tengan que ser insoportables para Espa?a si los negociadores europeos saben explotar la necesidad que Marruecos tiene del mercado comunitario como, destino final, a trav¨¦s fundamentalmente de Espa?a, de sus productos pesqueros.
El acuerdo es una necesidad imperiosa para Espa?a, pero no lo, es menos para Marruecos. De ah¨ª que el alto 'list¨®n de exigencias que este pa¨ªs ha puesto al inicio de las negociaciones -reducci¨®n a la mitad de las licencias, sustancial disminuci¨®n de las capturas de las especies m¨¢s cotizadas, subida significativa, de los 16.000 millones de pesetas pagadas en concepto de canon por la UE, y los armadores, etc¨¦tera- no tenga por qu¨¦ ser, en modo alguno, el que se mantenga a su conclusi¨®n. Ello depender¨¢, evidentemente, de la firmeza y de la inteligecia con que sepan utilizar sus bazas los negociadores europeos. A Marruecos le es netamente favorable la balanza comercial en productos de pesca con la UE, y especialmente con Espa?a. Ser¨ªa irreal por su parte pretender que lo sea a¨²n m¨¢s o esperar que la UE no haga lo Posible para disminuir ese desequilibrio.
Demagogias aparte, y son muchas las que se hacen y se dicen sobre el tema de pesca, y m¨¢s en periodos electorales, este acuerdo pesquero con Marruecos no tiene por qu¨¦ salirse de las pautas trazadas en los anteriores. Se trata de conseguir un acuerdo realista y beneficioso para ambas partes en relaci¨®n con las bazas y los recursos de que disponga cada una de ellas en la mesa de negociaciones.
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