El objetivo: acabar con el desgobierno

El desgobierno es una evidencia en la comunidad c¨¢ntabra. Acabar con ¨¦l, una obsesi¨®n. Juan Hormaechea (Uni¨®n para el Progreso de Cantabria, Upca), de proceso en proceso, sigue presidi¨¦ndola, pero en funciones. Condenado en octubre por el Tribunal Superior de Justicia a la pena de seis a?os de prisi¨®n mayor, siete de inhabilitaci¨®n absoluta y siete de inhabilitaci¨®n especial por, entre otros, los delitos denialversaci¨®n y prevaricaci¨®n -ha recurrido al Supremo, s¨®lo se mantiene al no haber prosperado las opciones sustitutorias de Jos¨¦ Luis Vallines (PP) o Jaime Blanco (PSOE).En realidad, el Ejecutivo no tiene en la actualidad m¨¢s que la mitad de los miembros con que inici¨®, en 1991, la legislatura. Muchos consejeros dimitieron. Otro, el de Econom¨ªa y Hacienda, Manuel P¨¦rez Garc¨ªa, ha sido inhabilitado recientemente por un fallo judicial. La situaci¨®n no puede ser m¨¢s penosa. La alternativa popular la encabeza Jos¨¦ J. Mart¨ªnez Sieso; la socialista, Julio Neira. Ambos temen que la dispersi¨®n del voto impida mejorarla.

Cantabria sufre un retraso de 30 a?os econ¨®micos respecto a Europa, seg¨²n calcul¨® hace dos el profesor Enrique Fuentes Quintana en un seminario de la Universidad Men¨¦ndez Pelayo sobre el estado de la econom¨ªa regional y las posibles soluciones para acabar con la regresi¨®n. Fuentes evoc¨® los a?os felices de la prosperidad, la d¨¦cada de los sesenta, cuando era la quinta en la clasificaci¨®n espa?ola del Producto Interior Bruto (PIB) por habitante y con 20 puntos de ventaja sobre la media.

Si Fuentes Quintana analizara-hoy la situaci¨®n ver¨ªa a Cantabria algo m¨¢s lejos a¨²n de la ansiada aproximaci¨®n al desarrollo y la riqueza de la Uni¨®n Europea. Los ¨²ltimos datos sobre el valor a?adido real d e la econom¨ªa durante el bienio 1992-93 in

dican en esta comunidad (530.000 habitantes, el 15% de m¨¢s de 65 a?os, y 33.245 parados) un retroceso del 0,4%.El empeoramiento de la situaci¨®n, muy acusado durante 1993, parece haber cambiado t¨ªmidamente de signo en el ¨²ltimo trimestre de 1994 con cierta disminuci¨®n del n¨²mero de desempleados: casi 400 en octubre, 1. 170 en noviembre y unos 1.800 en diciembre. La recuperaci¨®n es lenta y no induce a¨²n al optimismo pleno del empresariado.

Cantabria precisar¨ªa un pacto pol¨ªtico-social, tal y como recomendaron los ponentes en el seminario de 1993. ?Pero c¨®mo alcanzarlo, dada la situaci¨®n pol¨ªtica reinante, con las instituciones enfrentadas entre s¨ª y un clima de enemistad y crispaci¨®n que implica a las autoridades m¨¢s representativas y a los partidos pol¨ªticos mayoritarios? No ha sido posible el consenso. La oposici¨®n, socialistas y regionalistas, acusan al centro-derecha de que en el ¨²ltimo quinquenio desapareciera la quinta parte de los puestos de trabajo industriales.

Con un endeudamiento dif¨ªcil de cuantificar en estos momentos, pero que acaso alcance los 62.000 millones de pesetas (la deuda bancaria se aproxima a los 42.000 y los restantes corresponden a terceros y proveedores), la Administraci¨®n auton¨®mica no pudo desempe?ar el papel de locomotora mediante sus incentivos en la reactivaci¨®n de la econom¨ªa.

La aprobaci¨®n de los presupuestos es uno de tantos sucesos que en estos ¨²ltimos a?os han contribuido al lamentable tipismo de la cosa pol¨ªtica. Los d¨¦ 1992 se aprobaron en la primavera siguiente; los de 1993, un a?o m¨¢s tarde, y los de 1994, en febrero de 1995. En algunos casos, las cifras aparecieron maquilladas y con semejantes actuaciones, clama la oposici¨®n, no se pudieron ni corregir errores.

Las inversiones de la Admi nistraci¨®n en materia industrial han sido casi nulas a lo largo de la ¨²ltima legislatura. De los 46.000 millones de presupuesto, la Diputaci¨®n debe hacer frente a una disparatada n¨®mina de funcionarios que exige entre 12.000 y 14.000 anuales.

Aunque demasiado lento para las necesidades apremiantes de la regi¨®n, el avance, gracias al esfuerzo del Estado, ha sido ¨²ltimamente considerable en la mejora de las comunicaciones por carretera. Se han invertido 70.000 millones en la autov¨ªa Santander-Bilbao, inaugurada a finales de marzo ¨²ltimo y cuyas obras se financiaron con la UE, y ahora el viaje entre ambas capitales puede hacerse en 50 minutos. El acceso de Santander a la red de autopistas del Mediterr¨¢neo a trav¨¦s del eje del Ebro, el norte del Pa¨ªs Vasco y Francia ha mejorado notoriamente. Mientras,. la autov¨ªa del Cant¨¢brico se abre ahora paso hacia el enlace con Asturias.

El futuro cercano parece m¨¢s despejado porque el quinquenio hasta 1999 puede arreglar muchas cosas. Se trata de beneficiarse al m¨¢ximo de las ventajas del Objetivo Uno, que concede la UE y a las que podr¨¢ acogerse Cantabria. Unos 200.000 millones, cofinanciados por las administraciones central y auton¨®mica junto a la ayuda privada, permitir¨¢n cumplir, si la normalidad pol¨ªtica se alcanza, los grandes objetivos de la progresiva creaci¨®n de empleo, la diversificaci¨®n del precario tejido empresarial y una mayor competitividad.