Con ojos extranjeros
BarcelonaHace ahora cuatro a?os, el estadounidense Whit Stillman, largamente vinculado a Espa?a -fue vendedor de filmes espa?oles en el mercado estadounidense y espor¨¢dico actor en pel¨ªculas madrile?as-, sorprendi¨® con un ir¨®nico ajuste de cuentas con su propia adolescencia, Metropolitan.Barcelona astuto t¨ªtulo que vincula una pel¨ªcula cosmopolita al nombre de una ciudad de moda, parte de id¨¦nticos supuestos: la memoria personal como materia prima y, a la vez, como exorcismo y ajuste de cuentas con el pasado; una comedia sentimental en la cual los personajes peroran sobre las mujeres, pero que reh¨²ye con inteligencia los m¨¢s acartonados modelos del chico encuentra chica para abrirse hacia la descripci¨®n de un contexto que se pretende retrato de una ¨¦poca pasada; un sentido del humor que no deja t¨ªtere con cabeza.
Direcci¨®n y gui¨®n: Whit Stillman
Fotograf¨ªa: John Thomnas. M¨²sica: Mark Souzzo. Producci¨®n: W. Stillman para Castle Rock. EE UU, 1994. Int¨¦rpretes: Taylor Nichols, Chris Eigernan, T¨²shka Bergen, Mira Sorvino, Pep Munn¨¦, Hellena Schmied, N¨²ria Badia. Estreno en Madrid: Rosales (V.O).
Stillman procede sorprendiendo primero, volviendo a sorprender m¨¢s tarde, pero con una situaci¨®n en las ant¨ªpodas de la primera. En este sentido, el humor que destila la pel¨ªcula se apunta antes al gui?o inteligente que al brochazo fuerte y la carcajada, lo que es todo un m¨¦rito, toda vez que no hay ning¨²n personaje en el filme que escape al estereotipo m¨¢s transitado y conocido.
Pero este continuo tour de force le impide en ocasiones salir bien parado. Puesto a colocar a sus personajes en situaciones siempre rid¨ªculas, la pel¨ªcula termina resinti¨¦ndose de una descripci¨®n ambiental que el espectador conoce mucho mejor que la Nueva York de los sesenta y las fiestas de puesta de largo, materia prima de su anterior pel¨ªcula. O sea, que lo que se pretende a veces visi¨®n ir¨®nica act¨²a como una caricatura cargada de tinta. En ocasiones se echa en falta un poco m¨¢s de contenci¨®n, un poco menos de juego sobre los lugares comunes y que el filme junta con provocador desparpajo: la tonta inocencia yanqui, el tonto antiamericanismo de los progres que hablan sin saber de qu¨¦ hablan.En conjunto, no obstante, y aunque un tanto menos sorprendente que su ¨®pera prima, Barcelona sigue demostrando que Stillman es un hombre a tener en cuenta a la hora de hablar de una comedia independiente americana. Mordaz, en ocasiones c¨ªnica, es una l¨¢stima pensar que con muy pocos retoques hubiese sido una redonda comedia generacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.