La UE respalda a M¨¦xico con la firma de un preacuerdo de asociaci¨®n

- ENVIADO ESPECIAL La Uni¨®n Europea (UE) otorg¨® ayer su respaldo pol¨ªtico a la recuperaci¨®n de la econom¨ªa mexicana, al firmar la Declaraci¨®n Conjunta Solenme que formaliza la voluntad de que las relaciones entre ambas partes desemboquen en un acuerdo de asociaci¨®n. "La firma de hoy es una muestra de confianza hacia el futuro de nuestro pa¨ªs" dijo el ministro mexicano de Exteriores, Jos¨¦ ?ngel Gurr¨ªa, ante el vicepresidente de la Comisi¨®n, Manuel Mar¨ªn, y el presidente de turno de la UE, Alain Jupp¨¦.

Manuel Mar¨ªn ratific¨® el sentido utilitario del acto al indicar su prop¨®sito de que esta declaraci¨®n "sea un fermento para favorecer la normalizaci¨®n econ¨®mica mexicana". Con pose de inminente primer ministro, Jupp¨¦ record¨® en el Quai d'Orsay que la firma era el final de la primera etapa de acercamiento. Se abre ahora la segunda. fase, en que Bruselas debe alumbrar -entre julio y septiembre- la directiva de negociaci¨®n que fije los contenidos del futuro acuerdo, y M¨¦xico haga algo similar, incluyendo una "intensiva consulta a los sectores productivos".El momento de la firma ha sido escogido en funci¨®n de que pudiese significar un apoyo a la confianza de los mercados en la econom¨ªa mexicana. La UE es actualmente el segundo socio comercial de M¨¦xico, y "el segundo inversionista, con m¨¢s de la quinta parte del total de capitales que se canalizan" hacia M¨¦xico, record¨® Gurr¨ªa. S¨®lo entre Reino Unido (13,7%), Holanda (4,8%), Alemania (4,7%), Espa?a (1,9%) y Francia (0,8%) totalizaron en 1994 el 25,9% de las inversiones en M¨¦xico, frente al 49,9% de EE UU.

Y, lo que es m¨¢s importante desde el punto de vista europeo la inversi¨®n comunitaria se ha recuperado del bache sufrido en 1993 (cuando descendi¨® del 20,6% al 12,2%), algo que se pretende afianzar con el futuro acuerdo. Desde el otro lado del Atl¨¢ntico, el inter¨¦s en las relaciones con los Quince se explica porque las inversiones productivas europeas superan a las meramente financieras, al rev¨¦s que lo que sucede con Estados Unidos.

Europa quiere evitar tambi¨¦n que el Tratado de Libre Comercio (TLC) que liga a M¨¦xico con Washington acabe expuls¨¢ndola de su privilegiada relaci¨®n comercial. ?sta arroja un persistente super¨¢vit para los Quince, cifrado en unos 70.000 millones de pesetas. M¨¦xico exporta a Europa sobre todo petr¨®leo y materias primas. E importa bienes de capital y productos semimanufacturados.

El nuevo acuerdo, que estar¨¢ probablemente listo para el primer semestre de 1996, aumenta la ambici¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de la relaci¨®n entre ambas partes. Se establecer¨¢n reuniones pol¨ªticas de m¨¢ximo nivel cada dos a?os. Y se pactar¨¢ una liberalizaci¨®n progresiva de los intercambios comerciales, aunque teniendo en cuenta los productos sensibles, fundamentalmente agr¨ªcolas. En el cap¨ªtulo de cooperaci¨®n, la declaraci¨®n firmada ayer avanza innovaciones: se persigue fortalecer "los programas de apoyo a la vinculaci¨®n de las empresas de las dos partes", la cooperaci¨®n mediambiental y en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. Se abre la v¨ªa para que M¨¦xico pueda participar en programas exclusivamente comunitarios. Y se preparan acuerdos en la lucha contra el fraude, la cooperaci¨®n administrativa o reglas de origen.