Hurto

El pasado 10 de abril, sobre las seis y media de la tarde, a una mujer indochina le robaron el bolso en la estaci¨®n Sur de autobuses de Madrid. Yo estaba presente cuando lo descubri¨®, tardar¨¦ en olvidar la desesperaci¨®n de aquella mujer, que probablemente acababa de perder todo lo que ten¨ªa.En la estaci¨®n no hay avisos de precauci¨®n ni se emiten por radio mensa es de advertencia, y en la hora y media que estuve all¨ª no vi un solo polic¨ªa. Dudo que haya un puesto de guardia. Lo que s¨ª hay all¨ª es un puesto permanente de carteristas y descuideros que funcionan muy bien. Sus v¨ªctimas, como en este caso, suelen ser los m¨¢s d¨¦biles. Miles de personas, en circunstancias como la descrita, carecen de protecci¨®n porque, como a veces se oye decir a los responsables de seguridad, faltan medios. Uno se pregunta si los supercacos y asesinos de los ¨²ltimos tiempos costean las escoltas policiales, que los vigilan. Porque, si no fuera as¨ª, lo m¨¢s barato ser¨ªa tenerlos en la c¨¢rcel, a donde va el vulgar chorizo, que es tratado sin miramientos. Tal vez entonces ser¨ªa menor nuestro d¨¦ficit en protecci¨®n.-