Un soberbio Hugh Grant

Una ins¨®lita aventuraAn awfully big adventure. Direcci¨®n: Mike Newell. Gui¨®n: Charles Wood, basado en la novela de Beryl Bainbridge. Fotograf¨ªa: Dick Pope. M¨²sica: Richard Hartley. Producci¨®n: Mark Shivas, John Kelleher y John Sivers, Reino Unido, 1994. Int¨¦rpretes: Hugh Grant, Alan Rickman, Georgina Cates, Alun Armstrong, Peter Firth, Prunella Scales. Estreno en Madrid: cines Vaguada, Novedades, Mult¨ªcines El Torre¨®n, Multicines Ideal y Real Cinema.

"?De qu¨¦ crees que habla la obra?", le pregunta con morbo sa, arrogante indiferencia el di rector teatral Potter a la adolescente Stella, su ayudante en un modesto teatro de Liverpool en los a?os de la dura posguerra. "Del amor", responde impulsiva la muchacha, ella misma perdidamente enamorada del dandi seductor qeu la interroga. "No", corrige ¨¦l. "Habla del tiempo". La frase se refiere en concreto a la obra que preparan, Dangerous corner, de Preistley. Pero en rea lidad, puede hacerse efectiva a toda esta deslumbrante, sorprendente, memorable pel¨ªcula que es Una ins¨®lita aventura, peripecia de teatro dentro del cine, pero ante todo, aviesa, decididamente no convencional revisi¨®n de Peter Pan, s¨®lo que con los personajes y las pasiones cambiados.La nueva pel¨ªcula del d¨²o Newell (director) y Grant (actor protagonista) supone un brutal cambio de registro respecto al anterior trabajo de ambos, la tan alabada como insustancial Cuatro bodas y un funeral: todo lo que all¨ª era pura carpinter¨ªa narrativa, h¨¢biles trucos para enmascarar lo trillado y convencional de una trama de encuentros y desencuentros, es aqu¨ª misterio, sugerencia, descoloque del respetable, que nunca sabe muy bien a qu¨¦ carta quedarse.

El filme comienza con el f¨¦rreo punto de vista de una narraci¨®n en primera persona, conducida por Stella desde la ¨®ptica, l¨®gica, de su inexperiencia y sus pocos a?os, 16 apenas. En este tramo, el espectador cree que la visi¨®n inocente de la chica, cuya m¨¢s notable caracter¨ªstica es el abrir la boca para decir lo que nadie espera que diga, es la que dota al filme de ese aire Irreal de moderada pesadilla cotidiana.Pero sin dejar nunca de dar vueltas sobre s¨ª mismo, y a partir de una impecable reconstrucci¨®n hist¨®rica que dota al encuadre de algo semejante a un documental puntilloso y estricto, el filme va mostrando sucesivas m¨¢scaras, cada una de las cuales esconde detr¨¢s un conflicto, una pulsi¨®n amorosa, un malentendido. As¨ª adquiere plena vigencia la frase de un Grant sencillamente soberbio, tan alejado como imaginarse pueda de su blanco y enamorado personaje anterior -es aqu¨ª un malvado bisexual que hace de la seducci¨®n gratuita su propia coartada vital-