Machover rememora el impacto de la revoluci¨®n castrista en Cuba
Autores del exilio y del interior colaboran en el libro 'La Habana 1952-1961'
Durante su estancia en Cuba Hemingway no quer¨ªa hablar de literatura, evad¨ªa toda pregunta relacionada con el tema; Beni Mor¨¦ acababa de cantar ?Oh Barbara! cuando alguien le grito: "?Que va, compay, el b¨¢rbaro es usted". Y ah¨ª le apodaron el nombre por el que se. le conoci¨® despu¨¦s: El b¨¢rbaro del ritmo. Las dos an¨¦cdotas aparecen en libro La Habana 1952-1961, editado. por Alianza y cordinado por el periodista Jocobo Machover, que ayer se present¨® en Madrid.
Machover, de 40 a?os, corresponsal de Diario 16 en Par¨ªs, asegur¨® ayer poco antes de la presentaci¨®n del libro, incluido en la serie. Memoria de las ciudades, que "recuperar fragmentos de La Habana desaparecida es recuperar fragmentos de la memoria. Ten¨ªa ganas de hacer algo sobre La Habana en pasado. Primero, porque me gustaba m¨¢s la de entonces que la de ahora y, segundo, porque pensaba que a trav¨¦s del pasado se pod¨ªan contar cosas que no fueran exclusivamente pol¨ªticas. La cultura es el eje central de este trabajo". El libro incluye autores que viven en Cuba o que est¨¢n exilados, y tambi¨¦n a periodistas, universitarios y escritores que conocen los problemas de la isla. "De los Colaboradores solicitados, algunos (Guillermo Caberera Infante fue uno de ellos) declinaron participar para. no figurar al lado de los que ellos consideran culpables de su desgracia y expatriaci¨®n", asegur¨® Machover. "Los autores no son procastristas, ni siquiera los que viven en Cuba. Creo que se trata de una visi¨®n moderada. Para ser eficaz haque ser moderado".Producci¨®n cultural
Para el compilador de esta obra "la revoluci¨®n ha ocultado toda la memoria que exist¨ªa antes. Fidel cuando habla de antes de. la revoluci¨®n se refiere s¨®lo a la miseria y a la prostituci¨®n y yo no estoy de acuerdo con eso. En los a?os 40 y 50 hab¨ªa una important¨ªsima producci¨®n cultural. Eleg¨ª el per¨ªodo 1952-1961 porque fueron a?os de encrucijada en los que todo se pod¨ªa decidir en un sentido o en otro. Lo inicio en 1952 porque fue el a?o en que se produjo el golpe de estado de Batista y lo concluyo en 1961 que fue cuando, tras la crisis de Playa Gir¨®n, la revoluci¨®n se declar¨® socialista.".
Entr¨¦ las historias que se incluyen en La Habana 1952-1961, en el apartado dedicado a Ritmos e im¨¢genes hay un cap¨ªtulo titulado Hemingway, no hablar de literatura en el que el poeta cubano C¨¦sar Lasante cuenta como consigui¨® de casualidad entrar en La vig¨ªa, Ja finca en la que viv¨ªa Ernest Hemingway en La Habana. "No hab¨ªa estancia cuyos muros, incluidos los del cuarto de ba?o, no estuvieran revestidos de estanter¨ªas", comenta Lasante. "No recuerdo con exactitud de qu¨¦ hablamos, pero de una cosa estoy seguro: no fue una charla literaria. Hemingway evad¨ªa toda pregunta relacionada con ese tema. El poeta cubano Roberto Fern¨¢ndez Retamar se permiti¨® la siguiente broma: ¨¦l, tiempo atr¨¢s, le hab¨ªa entrevistado para una revista estudiantil, y en el curso de la entrevista le hab¨ªa confesado que quer¨ªa ser poeta. Parece que entonces Hemingway le aconsej¨® que si quer¨ªa ser poeta practicara el boxeo, se hiciera torero, cazador de leones o algo por el estilo (quiz¨¢, en el. fondo, lo que le estaba recomendando era acercar se a la vida). El caso es que Roberto le dijo: 'No segu¨ª su consejo, y gracias a eso soy poeta'. Hemingway se sonri¨®, supongo que ben¨¦volamente".
En sus inicios la revoluci¨®n cubana provoc¨® el entusiasmo de los intelectuales del mundo entero. Ten¨ªa un aire de fiesta, nada que ver con la sensaci¨®n de austeridad que se desprend¨ªa de los pa¨ªses. del Este o China. La Habana 1952-1961 incluye tambi¨¦n un cap¨ªtulo sobre el viaje de Jean Paul Sartre y de Simone de Beauvoir a Cuba en el verano de 1960. Juan Arcocha, int¨¦rpete del fil¨®sofo franc¨¦s durante el viaj¨¦, cuenta cu¨¢ndo Sartre le pregunt¨® a Castro: "?Y si le piden la luna?", refiriendose a la inmensa mayoria que entonces le segu¨ªa. Castro respondi¨®: "Si me piden la luna, ser¨ªa una prueba de que la necesitan".
La fascinaci¨®n de Sartre con la isla le llev¨® a escribir un art¨ªculo en France soir que titul¨® Hurac¨¢n sobre el az¨²car en el que ha blaba del discurso pedag¨®gico de Fidel. Machover reconoce que la fascinaci¨®n de Sartre se acab¨® con el tiempo. "Se neg¨® a volver a la isla despu¨¦s de que se produjese el caso Padilla y firm¨®, junto a escritores como Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Julio Cort¨¢zar, un manifiesto tachando a Fidel de estalinista".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.