Hambre de toros
Hace poco, a la salida de los toros, nos encontramos con un amigo, Alfredo Faur¨®, el nuevo apoderado de Alejandro Silveti, el matador mexicano. Nos present¨® a un joven delgado y de complexi¨®n atl¨¦tica. Daba la impresi¨®n de que a Silveti no le sobraban ni cien gramos de peso, parec¨ªa hambriento. No en el sentido de pasar hambre, sino hambriento de triunfar como torero. Esto se confirm¨® enseguida."El a?o pasado vend¨ª mi casa para venir aqu¨ª", dijo Silveti, de 38 a?os. "Tore¨¦ dos veces en Madrid y dos en Barcelona. El domingo (ma?ana) estoy anunciado en San Isidro con toros de Jos¨¦ Escolar (con fama de duros), que es lo ¨²nico que tengo firmado". Faur¨®, un ex banderillero y ahora agente comercial, agreg¨®:, "Alejandro, buscaba a un representante y alguien le habl¨® de m¨ª. Ahora a por todas".
Al d¨ªa siguiente nos reunimos los tres en el sal¨®n de un conocido hotel de nuestra capital, aut¨¦ntico hervidero de actitud taur¨®maca. Un popular in formador taurino se acerc¨® para abrazar efusivamente a Alejandro, y el diestro fue presentado a un importante criador de reses bravas y a un matador retirado de renombre. En el planeta de los toros, parece que, las relaciones p¨²blicas son fundamentales.
Silveti tiene antecedentes taurinos. Su abuelo fue el legendario Juan Silveti, contempor¨¢neo de Joselito y un torero pintoresco de extraordinario valor. Llevaba un ancho sombrero mexicano y una enorme pistola. "Se li¨® con la amante del presidente de M¨¦xico y luch¨® en una revoluci¨®n". Durante los a?os cincuenta, el padre de Alejandro tambi¨¦n tore¨® en Espa?a, y su hermano David es figura en M¨¦xico. De chaval, Alejandro tom¨® parte de una cuadrilla de hijos de viejas glorias.
Pero en contra de la tradici¨®n, posee una amplia cultura. Es arquitecto y pudimos comprobar que habla correctamente el ingl¨¦s. Hace unos 12 a?os dej¨® la arquitectura y volvi¨® a los toros. "Mi estilo es de mucho impacto, variado pero sin dejar lo fundamental", se?al¨®. "A veces hago cosas temerarias, pero soy de corte artista". Seg¨²n una vistosa propaganda impresa que nos regal¨®, "?Es diferente!".
Le preguntamos por el toro espa?ol. "Es m¨¢s r¨¢pido y violento que el mexicano, que suele sacar la suavidad y nobleza que permiten faenas muy largas". ?Y el diestro colombiano C¨¦sar Rinc¨®n quien, casi desconocido en Espa?a, se hizo millonario iras triunfar en San Isidro? "El ejemplo ha calado entre los toreros americanos", contest¨® Silveti. "Pero no era una casualidad. C¨¦sar llevaba ocho a?os viniendo a Espa?a, aprendiendo, luchando". Alejandro Silveti lleva s¨®lo uno y ahora comienza otro. Suerte, manito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.