Mirambel se fue al cine
Milicianos y actores contemplaron juntos la proyecci¨®n de la pelicula
Faltaba el No-Do, pero el ambiente era casi el mismo. Espectadores con la silla bajo el brazo, una rancia maquina de proyecci¨®n y por pantalla la pared reci¨¦n blanqueada de un local multiusos. Ese era el paisaje en la noche del pasado s¨¢bado en ¨¦l que milicianos de carne y hueso y otros de ficci¨®n.se unieron a los ciudadanos de la villa medieval de Mirambel, Teruel, para recibir el regalo que el realizador brit¨¢nico Ken Loach les hab¨ªa hecho. El director de Tierra y libertad quiso que al menos una parte de los protagonistas del filme se volvieran a reunir en el lugar donde se rod¨® la cinta. La proyecci¨®n sirvi¨®, entre otras cosas, para reabrir la caja de los recuerdos, duros y en algunos casos dram¨¢ticos, que sacaron a pasear los fantasmas de unas heridas a¨²n no cerradas del todo.Los abrazos de Marc Mart¨ªnez y Sergi Calleja con Pl¨¢cido Pastor fueron mucho m¨¢s all¨¢ de la cortes¨ªa. "Fue como si volvi¨¦ramos por el t¨²nel del tiempo a 1936 y vi¨¦ramos a los camaradas de guerra. Al acercarmos al Maestrazgo empec¨¦ a sentir algo muy peculiar por dentro, que nunca antes hab¨ªa notado al regresar a un sitio donde hab¨ªamos rodado. Hubo intercambio de recuerdos y expectaci¨®n en l¨®s m¨¢s mayores por ver una ppel¨ªcula en la que intervino gran parte del pueblo", asegur¨® el actor Marc Mart¨ªnez.La pel¨ªcula se proyect¨® en el pabell¨®n multiusos con un equipo portatal de 35 mil¨ªmetros tra¨ªdos desde Valencia, dado que en Mirambel no hay cine. No falt¨® el cl¨¢sico corte en la proyecci¨®n, lo que termin¨® por situar el ambiente unas d¨¦cadas atr¨¢s. Al final, comentarios para todos los gustos. Los lugare?os se notaron un poco decepcionados por lo poco que se les hab¨ªa visto. Pero las alabanzas al trabajo de Loach eran generalizadas- Falt¨® el cura, que mantuvo la iglesia cerrada durante todo el d¨ªa, y es que el gui¨®n hace que el p¨¢rroco de la ficci¨®n fuera fusilado por colaborar con los fascistas en el asesinato de anarquistas.
Los m¨¢s vetetanos prefieren no hablar demasiado de sus recuerdos de la guerra civil. Cuentan lo justo y ni siquiera sus herederos son amantes de soltarse la lengua sobre aspectos concretos de lo que ocuri¨® en estos frentes. La divisi¨®n entre bandos de la guerra civil a¨²n transpira en algunos comportamientos. El m¨¢s dicharachero es Pl¨¢cido Pastor, miliciano de carne y hueso, socialista entonces y ahora, que combati¨® en Madrid, en las batallas de Ciempozuelos y la Cuesta de las Perdices. Tras se?alar la precisi¨®n con la que el realizador brit¨¢nico ha plasmado el ambiente en las filas de la izquierda durante la contienda, no deja de darle vueltas a su preocupaci¨®n actual, como lo era hace 50 a?os: el triunfo de la derecha en las pr¨®ximas elecciones. Tiene frases muy duras para los que "quieren hacerse con el Gobierno, pero ya veremos".Quien no pudo volver al Maestrazgo fue el propio director. Loach envi¨® un mensaje que fue acogido con tantos aplausos como la pel¨ªcula. Tras el agradecimiento de rigor, expres¨® sus deseos de que Mirambel "siga en manos de las milicias del POUM (Partido Obrero de Unificaci¨®nMarxista); que las tierras est¨¦n en manos de la colectividaU, para despedirse con un contundente "?salud!".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.