Disfrazados de Madrid

"La se?ora Pepa ha entrado en el baile. Que lo baile, que lo baile...". Es uno de los estribillos que sonaban ayer por la ma?ana en la plaza de las Vistillas mientras un enorme corro de gente brincaba al son de la m¨²sica. Lo sorprendente es que algunas se?oras Pepas iban con chupete en la boca y que muchos de sus compa?eros de juerga hab¨ªan llegado al baile en una sillita de ruedas arrastrada por sus padres. M¨¢s, que se?oras Pepas y se?ores Pepes, lo que hab¨ªa ayer en las Vistillas eran manolas y manolos, majas y majos e isidros e isidras, muchos sin haber cumplido la edad para ir al colegio.Las tres versiones de los trajes tradicionales madrile?os estaban ayer representados a peque?a escala: el de chulapa (manolas), el goyesco (majas) y el castellano (isidros). La Federaci¨®n de Grupos Tradicionales Madrile?os hab¨ªa convocado un acto para que los peque?os lucieran la indumentaria tradicional de Madrid. Y all¨ª se presentaron. 300 ni?os muchos de ellos sin haber cumplido un a?o, "disfrazados de Madrid", como dec¨ªa una chulapona de medio metro.

Pero los que disfrutaban de verdad eran los padres, todos con sus c¨¢maras en la mano, todos preocupados de que a sus chul¨¢pitas no se les cayera el clavel de lo alto de la frente o que al manolito no le asomara la camisa por debajo del chaleco.

El esfuerzo de los mayores por lucir a los ni?os estaba justificado: la mayor¨ªa de los trajes los han hecho las madres y las abuelas copiando grabados. Como los que llevaban tres majas de siete y ocho a?os de edad vestidas de rosa y negro con madro?eras hasta la cintura. O como los que llevaban los 10 ni?os del Grupo de Investigaciones Populares La Zaranda: telas antiguas, bordados y cosidos a mano, seg¨²n la tradici¨®n.

"Yo voy vestido de bailar¨ªn", dice convencid¨ªsimo Fernando, de seis a?os, que va con el grupo de La Z¨¢randa. Lleva pantalones y chaqueta de pa?o, corpi?o de colores, un pa?uelo anudado en la cabeza y encima un sombrero. M¨¢s la alforja colgando de un hombro y un escapulario.

"Me he equivocado. Que voy vestido de castellano", rectifica Fernando al poco tiempo, tras mantener una peque?a conversaci¨®n con su madre. Y vuelta al corro a bailar con sus compa?eros al son que marcan los organizadores: "Los brazos arriba, un paso de frente, atr¨¢s". Y los peque?os, concentrad¨ªsimos. "Ahora moved el culo", siguen los organizadores. Y todos se menean con los brazos en jarras. "Ahora una cadena", siguen las indicaciones.

Y entonces se produce alg¨²n que otro atropello, alguna colisi¨®n, pero a los que se han animado a salir a la pista no les importa ni caerse al suelo ni perder a la pareja. A ellos no les retira nadie ahora que ya saben c¨®mo se baila en Madrid.