Muchos m¨¢s ancianos que residencias
19.275 plazas en centros geri¨¢tricos para 577.342 mayores
Madrid envejece. 587.903 habitantes de la regi¨®n tienen m¨¢s de 65 a?os. La inmensa mayor¨ªa quiere vivir en su casa y en su barrio. Pero, si su salud falla y no tienen quien les cuide, deben recurrir a una residencia y en estos momentos s¨®lo hay 19.275 plazas en geri¨¢tricos, el 60% en manos privadas.La Consejer¨ªa de Integraci¨®n Social, que para 1996 regentar¨¢ todas las residencias p¨²blicas de la regi¨®n, las suyos y las del Inserso, reconoce una lista de espera de unos 2.000 ancianos inv¨¢lidos. La pensi¨®n media de los jubilados ronda las 65.000 pesetas mensuales.
En estos cuatro a?os, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad han iniciado proyectos de cesi¨®n de suelo p¨²blico a empresarios privados para la construcci¨®n de geri¨¢tricos en Legan¨¦s y en el distrito de Latina. El Gobierno regional ha abierto peque?os centros p¨²blicos en municipios a trav¨¦s de acuerdos con los consistorios.
En Madrid, donde se concentra el 80% de los mayores, el Ejecutivo aut¨®nomo ha levantado alguna residencia de pocas plazas en barrios como el Pozo del T¨ªo Raimundo (Puente de Vallecas). El Ayuntamiento dispone s¨®lo de 71 plazas en unos pisos tutelados de Centro y de dos nuevas minirresidencias en Retiro y Chamber¨ª.
La que s¨ª est¨¢ consolidada es la red de centros de d¨ªa -unos cuarenta en la ciudad-, con asistencia m¨¦dica preventiva, psicosocial y rehabilitadora, as¨ª como actividades de ocio. M¨¢s de 2.000 ancianos cuentan tambi¨¦n con telealarmas, un dispositivo que avisa si el usuario no utiliza la cisterna del servicio en varias horas. Hay, asimismo, 5.000 mayores que reciben ayuda municipal en casa, si bien el n¨²mero de horas de asistencia ha experimentado reducciones.
En estos cuatro a?os se ha implantado en la regi¨®n el salario social o el ingreso madrile?o de integraci¨®n (IMI). Esta ayuda econ¨®mica -de 39.000 a 60.000 pesetas mensuales seg¨²n el n¨²mero de hijos- pretende ser un acicate para la formaci¨®n y la inserci¨®n de colectivos marginados. Pero, en buena parte, se ha convertido en el ¨²ltimo recurso para parados sin subsidio.
Unos 7.000 madrile?os perciben esta ayuda. A la Vera del IMI han nacido empresas de econom¨ªa social que persiguen el autoempleo de sus beneficiarios. En un principio esta ayuda a marginados no llegaba a unos de sus potenciales perceptores: las personas sin hogar. Ahora, gracias a proyectos de trabajo con los sintecho, ya no existe este olvido.
Desde 1991 el Ayuntamiento no ha creado ning¨²n nuevo albergue para indigentes, a pesar de que las asociaciones que trabajan en este campo ven necesario abrir alg¨²n nuevo recinto m¨¢s especializado. Todos los intentos han fracasado por la oposici¨®n vecinal. S¨ª se han creado dos centros que ofrecen calor humano y ayuda social durante la noche: uno, subvencionado por la Comunidad, para personas sin hogar, y otro, municipal, para toxic¨®manos,
El presupuesto destinado a servicios sociales ha sido un constante caballo de batalla entre los gobiernos aut¨®nomo y local. En 1991, las cuentas municipales dedicaban 7.339 millones a los m¨¢s desfavorecidos. Cuatro a?os despu¨¦s, en 1995, el presupuesto es de 8.443 millones. Por su parte, el Gobierno regional destin¨® 35.862 millones a temas sociales en 1991 y 50.719 este a?o.
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