El Sevilla se da un paseo por Santiago

El Compostela entreg¨® las llaves de casa al Sevilla, le dej¨® su dormitorio, permiti¨® que le desvalijase la caja de caudales y lo despidi¨® con besos y abrazos. La factor¨ªa metal¨²rgica de San L¨¢zaro, un lugar hostil y peligroso para los visitantes, fue ayer un centro de acogida para necesitados. El Sevilla gole¨® jugando de traje y corbata. Le bast¨® su innegable correcci¨®n, su toque preciso y la habilidad de Moya para salvar un nuevo peaje en la autopista con direcci¨®n a Europa. Nunca en todo el campeonato hab¨ªa estado el Compostela tan a merced del caos. Y el accidente de ayer lleg¨® en el peor momento. Los gallegos vuelven a estar a s¨®lo unos metros del cadalso.El Compostela apenas hizo otra cosa que perseguir el bal¨®n sin mucho sentido. Tantas vueltas di¨® el barco santiagu¨¦s que acab¨® con la quilla hecha polvo. Se rompieron las l¨ªneas y la delantera qued¨® aislada, sin capacidad para sorprender ni en los contragolpes.

El partido se muri¨® en el minuto 65, con el tercer gol de Suker, que adem¨¢s sirvi¨® de excusa a Aragon¨¦s para mandarle a hacer sus pases de baile a la caseta. El Sevilla tuvo la ocasi¨®n de ense?arse. Tevenet, Soler y Cortijo estroperon goles anunciados con estr¨¦pito de tambores. Pero a pesar del cuarto tanto, el Sevilla se comport¨® con buena educaci¨®n ante un adversario tan obsequioso.