Un caso de selecci¨®n natural
Lo que conocemos como el ciclo del Milan, de hecho, se subdivide en dos grandes per¨ªodos: el primero es el de los campeones holandeses -Van Basten, Rijkaard y Gullit- y el entrenador Savchi, ahora seleccionador nacional; el segundo es el de tres extranjeros menos c¨¦lebres pero no menos eficaces -Savicevie, Desailly y Boban- y un t¨¦cnico -Capello- que no comparte las teor¨ªas de Sacchi, pero que ha sabido conservar el mismo principio t¨¢ctico, la impenetrabilidad de la defensa.Tras la p¨¦rdida de los tres holandeses, la refundaci¨®n parec¨ªa ardua, tambi¨¦n por el hecho de que los internacionales italianos -Baresi, Donadoni, Tassotti- estaban envejeciendo. Sin embargo, han sido precisamente los veteranos quienes milagrosamentre han sabido permanecer en la brecha. Ellos han representado el nexo ideal de uni¨®n entre el pasado y el futuro. Capello ha demostrado ser un sutil t¨¢ctico, adaptando a las cambiantes necesidades del equipo el modelo recibido en herencia de Sacchi.
Frente a los extenuantes ritmos que impon¨ªa en el campo su antecesor, ha preferido un equipo m¨¢s racional, aunque menos espectacular sin renunciar a la calidad. El Milan ha mantenido su nivel, el montenegrino Savicevic es hoy considerado el mejor n¨²mero diez en activo, junto con Baggio, del Juventus; el croata Boban y el franc¨¦s Desailly han acabado con el escepticismo que inicialmente pesaba sobre ellos, y forman con el joven Albertini una tema de centrocampistas que compendia t¨¦cnica, potencia y sentido t¨¢ctico; el defensa izquierda Maldini compite por el Bal¨®n de Oro, hecho inusual trat¨¢ndose de un defensor, y que da fe de una clase excepcional, no inferior a la del veterano Baresi.
Capello ten¨ªa a su disposici¨®n un elenco muy amplio de jugadores, en la pr¨¢ctica dos equipos, dos jugadores para cada puesto: el Mil¨¢n lleg¨® a tener nada menos que siete extranjeros, cuando solo pod¨ªan salir al campo tres. Los otros cuatro, obligados a sentarse en el banquillo, inevitablemente manifestaban su mal humor, a pesar de sus ping¨¹es contratos. Por ese purgatorio han pasado hombre de indiscutible calidad como el franc¨¦s Papin, el dan¨¦s Brian Laudrup y el rumano Radiuciou, adem¨¢s de un r¨¢pido viaje de ida y vuelta del holand¨¦s Gullit.
En esa situaci¨®n, Capello ha sabido imponer una selecci¨®n natural: resist¨ªan los mejores y se prescind¨ªa de los dem¨¢s.
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