Candidatos accidentales
La actual presidenta socialista y el aspirante popular a sustituirla carecen de imagen s¨®lida entre los murcianos
, "No nos merecemos esto". El lamento que los madrile?os sueltan cuando repasan las candidaturas a su alcald¨ªa se ha extendido por la comunidad murciana como su red de acequias sin agua. "?Verd¨¢ que no, que los murcianos no nos merecemos candidaturas tan de segunda fila?", es una cuesti¨®n gastada en las tertulias callejeras, al socaire del t¨®rrido calor que asola la capital en pleno mes de mayo.El aire solano electoral sopla en favor del PP. En las elecciones generales y las europeas los populares desalojaron a los socialistas del puesto de cabeza que hab¨ªan ostentado desde los primeros comicios democr¨¢ticos sin que Ram¨®n Luis Valc¨¢rcel hubiera hecho m¨¦ritos para esa ganancia pol¨ªtica.
Valc¨¢rcel responde al retrato robot extra¨ªdo del manual del candidato facturado en la sede central del PP. Iba para alcalde, pero la falta de acuerdo entre la derecha (UCD y AP) le arrebat¨® esa posibilidad y se qued¨® de cabeza de la oposici¨®n municipal. Es hijo del hombre m¨¢s elegante de Murcia, tambi¨¦n cronista de la capital, con calle propia en vida y presidente de la asociaci¨®n de amigos de la capa en una ciudad arrebatada por el sol.
Dicen de Valc¨¢rcel que se trata, de "un buen zagal", -inmenso en todas las tradiciones populares de Murcia, que nada tienen que envidiar a las de la otra ciudad espa?ola plet¨®rica de cultura agraria, Sevilla. Es sardinero en el entierro de la sardina, nazareno en las procesiones de Semana Santa, huertano en la batalla de las flores y... lo que haga falta en cualquier acontecimiento folcl¨®rico de los que tanto abundan en la capital.
Tendr¨¢ acceso a la presidencia de Murcia de carambola. La regi¨®n era feudo de Jos¨¦ Ram¨®n Calero, abogado del Estado con el n¨²mero dos de su promoci¨®n y portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso durante los liderazgos de Manuel Fraga y Antonio Hern¨¢ndez Mancha. Un hombre de peso, marcado por una frase alusiva al 23-F en la que reflejaba su comprensi¨®n del "estado de necesidad" que caus¨® el intento de golpe de Estado de Tejero.
Calero se retir¨® a la Asamblea regional de Murcia, en la que ha ejercido la portavoc¨ªa popular con "guante de seda", radicalmente alejado de la terminolog¨ªa agresiva impuesta por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar desde que asumi¨® la direcci¨®n del PP. Un rev¨¦s desde una agrupaci¨®n local y la p¨¦rdida de confianza de G¨¦nova lo condujeron a su alejamiento, circunstancia que dej¨® expedita la v¨ªa a su sucesor, Valc¨¢rcel, mucho m¨¢s flexible a los dictados de la actual ejecutiva popular en Madrid y a repetir en Murcia los esl¨®ganes de esta campa?a: "Todos los. que est¨¢n son unos corruptos".
?No le parece extra?o que Calero est¨¦ ausente de la campa?a?, se le pregunta a Valc¨¢rcel. "Nadie es imprescindible. Si no viene a trabajar, tampoco se le echa en falta", contesta. Su discurso suena a frases hechas, extra¨ªdas del curso, estrat¨¦gico que imparten en G¨¦nova sobre propaganda electoral. Cuando desciende a lo concreto, patina a veces en cuestiones muy delicadas en Murcia. Se le escap¨® que una desaladora podr¨ªa fabricar 900 hect¨®metros c¨²bicos de agua dulce, el triple de la que recibe el Segura del trasvase del Tajo a lo largo de un a?o sin restricciones. Pero nadie pone en duda que se trata de un "buen zagal, una buena persona". Prueba de ello es su reacci¨®n a la pregunta del periodista murciano Pepe Garc¨ªa Mart¨ªnez para rematar su entrevista: "Ram¨®n Luis, ?llevas 300.000 pesetas para prestarme?". Valc¨¢rcel pic¨® el anzuelo y se ech¨®, compungido, las manos a los bolsillos. Su adversaria y actual presidenta de la comunidad, Mar¨ªa Antonia Mart¨ªnez, ha llegado al puesto tambi¨¦n por casualidad. El gran patrimonio electoral que acumul¨® el PSOE en Murcia se ha consumido en cenizas debido a las luchas internas. Ella emergi¨® como un mal menor, un apagafuegos coyuntural que, a la postre, ha causado sorpresa, incluso entre sus adversarios, porque se ha tomado en serio el puesto.Desde que hace dos a?os se hizo cargo del partido, Mart¨ªnez manda en su aparato y en la regi¨®n con mano firme, rodeada de un equipo fiel. Ha resultado ser una buena gestora. Ha puesto orden en las cuentas y la administraci¨®n. As¨ª lo reconocen Izquierda Unida y hasta el propio Valc¨¢rcel. Pero le falta fuelle, autoridad, liderazgo... No est¨¢ acostumbrada a ejercerlo. Su colocaci¨®n en las listas nunca hab¨ªa superado el quinto puesto. ?sta ser¨¢ la primera ocasi¨®n en que se juegue el tipo por el PSOE encabezando una candidatura, precisamente cuando la tendencia va a la contra (107.000 votos les sac¨® el PP de ventaja en las europeas). Su pretexto para no levantar la voz o ser m¨¢s ardiente en el reclamo de apoyos es que no forma parte de su estilo insultar como lo hacen los populares.
"No echa gusto a n¨¢, le faltan tablas", dicen quienes han seguido su trayectoria, que responde al perfil de una mujer hecha a s¨ª misma desde la huerta, como delata su acento: abre la boca al final de las palabras en vocal.La mayor de siete hermanos, comenz¨® a trabajar a los doce en la industria conservera (17.000 empleos en la comunidad) y fue chica de servicio durante m¨¢s de un a?o. Sus libros fueron los primeros que entraron en casa de los Mart¨ªnez en Molina del Segura. Con dos o tres a?os m¨¢s de experiencia en el cargo, podr¨ªa aspirar a frenar la avalancha popular que se le echa encima por causas ajenas a su gesti¨®n. Escuela tendr¨¢ en la oposici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.