Teatro fuera del teatro

Borges: una prosa deslumbrante, pero un verso blando y opaco. Un juego de infinitos en el espacio y el tiempo, laberintos de sorpresa y de miedo en los cuentos; tan inesperado lo que cuenta como las palabras con que lo cuenta: tan justas, tan exactas, tan cargada cada. una de sugerencias. Y unos versos s¨®lo t¨®picos y rimas f¨¢ciles. Qu¨¦ raro, qu¨¦ contraste.El actor Echanove, que es mucho m¨¢s que una moda, una comercialidad y una afecci¨®n juvenil, interpreta algunos textos de Borges. Interpreta con contenci¨®n: para cuentos tan exactos no se pasa de teatralidad, de recargo en las palabras o de ¨¦nfasis innecesarios; pero tan llenos de misterio requieren un actor y un director sensible como Jorge Eines.

Se est¨¢ buscando el teatro fuera del teatro, se le encuentran al texto literario m¨¢s valores que los de la lectura. Por ejemplo, los textos literarios dichos y grabados como El viaje a ninguna parte, de Fern¨¢n-G¨®mez, por ¨¦l mismo, que es una excelente pieza de arte, oLa soledad era eso, de Mill¨¢s, por Charo L¨®pez (Alfaguara Audio): que tienen toda la emoci¨®n de un teatro; o las novelas de Tomeo hechas en los teatros de toda Europa.

Los g¨¦neros dram¨¢ticos se van mezclando: libro, disco, televisi¨®n, cine, espect¨¢culo. Parece que ya lo imprescindi

ble para la conversi¨®n en teatro es el int¨¦rprete. Echanove en este caso: haci¨¦ndose decorado al mismo tiempo que voz -unas l¨¢grimas, a veces; un suspiro de fatiga; un acento de nostalgia-, cargando el gesto -la forma de dejar caer las hojas que lee, como perdidas para siempre; los pasos a lo largo de la sala-, pero, sobre todo, d¨¢ndole el valor al texto que lo tiene, y justamente el que tiene.

Es un espect¨¢culo que se ha hecho dos d¨ªas en Madrid. Era la despedida de la sala Ensayo 100 Teatro, de Jorge Eines: m¨¢s bien la mudanza, porque se va de la calle de Gravina -plaza de Chueca, llena de leyendas de mal vivir y susto de clase media; peque?a, ¨ªntima plaza adonde se puede encontrar alta gastronom¨ªa francesa de creaci¨®n y terracitas min¨²sculas con j¨®venes que se alejan de la burgues¨ªa; y estaba este teatro intelectual y pobre- a la calle de Raimundo Lulio, en Chamber¨ª. Se puede decir ya, cuando no hace da?o, que era una sala inc¨®moda y aplastada por los lados; sin embargo, muchas veces surg¨ªa en ella el misterio del teatro gracias a Jorge Eines. Como ahora. Esperemos que lleve ese misterio en sus ba¨²les de c¨®mico.

Me hubiera conformado con el placer personal ante este espect¨¢culo sugerente si se hubiera quedado en estos dos d¨ªas; pero Eines y Echanove lo han montado para m¨¢s representaciones, m¨¢s viajes o m¨¢s aulas, y que conviene advertir sobre ¨¦l: esto existe, esta palabra escrita se hace teatro y habr¨¢ que cazarlo al vuelo cuando se repita: en la nueva sala o donde lo pueda llevar Echanove.