"Esto acaba siendo la fiesta de la invalidez"
Luis Espada Sim¨®n naci¨® en Sevilla, pero no dice de qu¨¦ a?o; es comisario principal del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, licenciado en Derecho, aficionado al cante y la pintura y presidente de Las Ventas desde hace nueve a?os.Pregunta. En los tendidos se suele escuchar que usted es el, mejor presidente.
Respuesta. La misi¨®n de un presidente en el palco es tratar de orientar la corrida de una manera normal, que sea v¨¢lida conforme al reglamento y en ese aspecto me siento m¨¢s o menos satisfecho dentro de mis errores. Pero donde creo que no me equivoco es en que s¨¦ lo que tengo que defender de la fiesta.
P. ?Qu¨¦ es lo que tiene que defender?
R. Desgraciadamente, la fiesta est¨¢ deambulando por caminos no claros, lo que hay que defender son los valores de la fiesta. Al paso que vamos, el tercio de varas desaparece. Se abusa de la suerte de varas. Se est¨¢ haciendo mal y uno no puede impedir nada, es un tema reglamentario que hay que arreglar. Habr¨ªa que llegar a la inhabilitaci¨®n para salvar al toro. Esta plaza necesita un toro que se mueva, que transmita, que d¨¦ emoci¨®n y no lo que se ha visto algunas tardes, que estamos todos hartos de echar toros para atr¨¢s, porque como esto siga as¨ª acaba siendo la fiesta de la invalidez.
P. ?Y a qui¨¦n cree que le pueda interesar?
R. Hay dos posiciones, una es la fiesta de los toreros y otra la fiesta de los toros. Madrid sigue apostando fuerte por la fiesta de los toros, gracias a algunos aficionados; otras plazas est¨¢n, en cambio, por la fiesta del torero y ¨¦sta conlleva la invalidez del toro. El resultado es una fiesta degenerada y devaluada. Al toro hay que poderle y despu¨¦s, hacerle la faena. Ahora, se est¨¢ toreando al rev¨¦s, incluso en Las Ventas, y lo que se hace no vale para nada.
P. ?Ha concedido alguna oreja a un torero que le haya aburrido?
R. Jam¨¢s. Lo que s¨ª puedo decir es que he dado una oreja a Pep¨ªn Jim¨¦nez con 12 muletazos y un solo pinchazo; me la protestaron y acepto las cr¨ªticas. Ese d¨ªa no hab¨ªa mucha gente en la plaza, por lo que se produjo una petici¨®n propia de esos d¨ªas, pero quiz¨¢ tampoco hubo los suficientes pa?uelos para esa oreja. Sin embargo, no todo es matem¨¢tica en la fiesta. Tambi¨¦n hay sentimientos y a m¨ª se me han ido dos o tres ol¨¦s viendo a alg¨²n torero. Y voy a decir el nombre: Rafael de Paula.
P. ?Qu¨¦ hace cuando la petici¨®n es mayoritaria. y la faena no responde, en cambio, a sus gustos?
R. El presidente, como tal, es el hombre que interpreta la norma. Tambi¨¦n hay que valorar la categor¨ªa de la plaza, que no puede andar regalando orejas. Hay mayor¨ªas y mayor¨ªas y cuando se pega un bajonazo tendr¨ªa que haber una mayor¨ªa casi absoluta y estar precedido de una faena tan buena que mereciese de verdad la oreja. Una vuelta al ruedo dada con fuerza no tiene que molestar, porque es m¨¢s importante que una oreja protestada. El reglamento cuando dice 'y el presidente atender¨¢ a la mayor¨ªa' se refiere al torero que est¨¢ toreando un toro ¨ªntegro; al que est¨¢, toreando un inv¨¢lido es muy dif¨ªcil darle una oreja.
P. Pues esa postura le sit¨²a muy cerca de la que defienden los aficionados del 7.
R. El 7 es la conciencia cr¨ªtica de la plaza. Dejando aparte el protagonismo que tenemos todos, que todos somos vanidosos y nos gusta dejarnos ver, me. parecen unos aficionados magn¨ªficos, tan buenos como los que hay en el 8, en el 9 o en otras localidades, pero que protestan menos. Sucede que s¨®lo est¨¢n todos de acuerdo cuando ven un toro inv¨¢lido.
P. ?Sabe que cada vez que saca el pa?uelo verde, a la empresa le cuesta un mill¨®n m¨¢s la corrida?
R. Est¨¢ dentro del presupuesto. Y un toro, entre unos y otros, no vale tanto. Un victorino s¨ª, o por lo menos es el ¨²nico que ha demostrado valerlo en lo que va de feria. Y puestos a destacar, me quedo con la faena de Pauloba. Porque puedo decir qui¨¦nes son los me gustan, ?no?
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