"Me hab¨¦is vendido al lnter"
La Juventus rompe el silencio en torno al caso Roberto Baggio
"Buenos d¨ªas, se?ores. Estamos aqu¨ª para explicarles la oferta que la Juventus ha hecho a Baggio". Antonio Giraudo, Roberto Bettega y Luciano Maggi se dirigen a los siete cabecillas ultras convocados (Baggio dice que por el club, el club que por Baggio) en una peque?a sala del viejo estadio Comunal, cerca del vestuario por el que han pasado Platini y Sivori. Fuera, 15 polic¨ªas de la comisar¨ªa de Mirafiori. Dentro, un ambiente que podr¨ªa cortarse con un cuchillo. Al lado, el equipo que espera para entrenarse. Y los alevines con caras asustadas: pero est¨¢n en clase de f¨²tbol moderno, as¨ª que ¨¢nimo.Administrador delegado, vicepresidente y jefe comercial resumen a los hinchas del fondo los cap¨ªtulos precedentes. As¨ª, "ten¨¦is que saber que hemos ofrecido al capit¨¢n un contrato por tres a?os de 4.000 millones de liras brutos por temporada, m¨¢s las primas. Es el m¨¢ximo esfuerzo econ¨®mico que podemos permitirnos, tenemos que cuadrar el balance".
Pero a Baggio no le apetece nada confundir el orgullo con sus honorarios. Por eso ha buscado la confrontaci¨®n a la americana con los hinchas, para explicar que se siente expulsado, ofendido, traicionado. Pero enfrente no tiene a tres aficionados. De hecho, los representantes del club contraatacan, asumiendo la direcci¨®n de esta comedia del absurdo (un jugador que discute un contrato en un estadio flanqueado por agentes, dos semanas despu¨¦s de conseguida una liga, dos semanas antes del adi¨®s y ante los ultras).
Ahora es Moggi quien toma la palabra: "Dos mil millones netos al a?o no son ninguna tonter¨ªa. Nadie puede decir que te echamos. Si quieres, vamos ahora mismo a la sede a firmar". A Roberto Baggio nunca se le hab¨ªa puesto la cara as¨ª, ni siquiera en Pasadena, cuando lanz¨® aquel penalti a la grada. "Me ped¨ªs que firme cuando ya me hab¨¦is vendido al Inter. No es s¨®lo un problema de dinero, sino de imagen". En ese momento, Moggi y Giraudo contraatacan: "Vamos a la sede, si quieres". Pero la respuesta es no.
Han pasado dos horas desde que la comitiva se encerr¨® en la sala de paredes amarillas. Giraudo, Moggi y Bettega se van sin decir demasiado, aunque el ¨²ltimo repite lo dicho: "Si Baggio decide firmar en las condiciones que el club le ha propuesto, que venga a la sede cuando quiera. Esperemos al 12 de junio para tener alguna esperanza". Mientras tanto, el delegado de prensa Daniele Boaglio advierte que no habr¨¢ explicaciones oficiales: "As¨ª lo ha pedido el jugador, y la Juventus quiere respetar su voluntad. Las partes guardar¨¢n silencio hasta el d¨ªa siguiente a la segunda final de la Copa de Italia". Es dif¨ªcil creerlo. Pero a veces los rostros dicen m¨¢s que las palabras. Por ejemplo, la mirada de Roberto Baggio mientras hace entre dientes un comentario breve y sibilino: "Ha sido una decisi¨®n de Giraudo. El 12 de junio hablamos".
Parece que el martes por la tarde coment¨® a sus amigos: "Si llevan ese contrato, lo firmo en el acto". Pero sin abogado. A su antiguo representante, Caliendo, le ha explicado: "Si alguien se ocupa de mis intereses ahora, ?c¨®mo me las arreglar¨¦ para hacerlo yo en el futuro?".
La sensaci¨®n es que han quemado los ¨²ltimos cartuchos para llegar a un acuerdo. "Ten¨ªamos que explicar a los hinchas que el club no ha ofrecido cuatro cuartos a Baggio, m¨¢s bien un contrato principesco. Quer¨ªamos acabar con algunas falsedades", precis¨® por la tarde un alto cargo del equipo. Y Moggi confirma: "Si Roberto quiere firmar nuestras condiciones, todav¨ªa estamos dispuestos. Pero si prefiere llegar a un acuerdo con otro club, est¨¢ en su derecho, en vista de que quiere desvincularse. Pero que quede claro que no estamos entablando negociaciones con nadie y que la indemnizaci¨®n que nos corresponde es de 21.000 millones de liras. La Juventus los quiere en met¨¢lico. Y enseguida".
Al final de la reuni¨®n, casi todos los jefes ultras se quedan en silencio. "Nos lo han pedido. De todas formas, no hemos comprendido el motivo de este encuentro, no hay nada nuevo. Hemos o¨ªdo cosas que ya sab¨ªamos". Y luego, todos fuera, a reunirse de nuevo (aunque esta vez solos) y decidir qu¨¦ hacer. La Juventus tiene miedo de que haya duras protestas el domingo. No faltan indicios en este sentido. Le parece volver a ver la pel¨ªcula del adi¨®s de Baggio en Florencia, qui¨¦n sabe si el final ser¨¢ el mismo. Y qui¨¦n sabe qui¨¦n interpretar¨¢ el papel de la Juventus, es decir, qui¨¦n ser¨¢ el comprador. A los nombres ya conocidos (Inter, Roma, Jap¨®n) se a?ade ahora el del Milan. Capello casi se anticipa: "Baggio es un fuera de serie. Algunos olvidan que tambi¨¦n este a?o ha sido decisivo. Sabr¨ªa c¨®mo hacerle jugar con Sav¨ªcevic". Pero al menos esta vez el jugador de la coleta no dice que se escriba en las paredes que se quede.
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