Shamil Bas¨¢iev: "Es verdad que he fusilado"

"Es verdad que he fusilado", exclam¨® Shamil Bas¨¢iev, en la noche del s¨¢bado al domingo durante la segunda rueda de prensa que manten¨ªa con un grupo de periodistas rusos desde que se hizo fuerte en el hospital de Budi¨®nnovsk el pasado d¨ªa 14. M¨¢s all¨¢ del constante estado de alerta que los ojos chispeantes y concentrados del guerrillero delataban, ninguna emoci¨®n especial reflejaba el rostro que Bas¨¢iev mostraba a las c¨¢maras, protegido con el sombrero de gabardina caqui que fue t¨ªpico de los soldados sovi¨¦ticos en regiones meridionales como Afganist¨¢n.Al hospital desde donde mantiene en jaque al Kremlin, Bas¨¢iev, de 30 a?os, lo ha bautizado como "punto de filtraci¨®n", nombre que se da a los calabozos donde los militares rusos han interrogado y maltratado a chechenos sospechosos de colaboracionismo desde que comenz¨® la guerra, hace m¨¢s de seis meses.

Bas¨¢iev neg¨® haber fusilado a rehenes, y aclar¨®: "Fusilamos a seis pilotos y funcionarios militares y funcionarios de la polic¨ªa. Despu¨¦s de esto, por orden m¨ªa fueron fusiladas otras cinco personas, que no estaban entre los rehenes, sino entre los que fueron enviados a nosotros haci¨¦ndose pasar por borrachos".

El guerrillero explic¨® su afirmaci¨®n de que matar¨ªa a cinco adversarios por cada herido y a diez por cada muerto. Esta cifra, se?al¨®, "no es casual, viene de Grozni, de Chechenia, cuando los soldados rusos anunciaron que por cada ruso ca¨ªdo matar¨ªan a diez negros". Negro (en ruso, chiorni) es el t¨¦rmino que usan los rusos con matiz despectivo para referirse a las personas procedentes del C¨¢ucaso.

Bas¨¢iev, que dice haber perdido a su esposa y a sus cuatro hijos en los bombardeos rusos, no tiene intenci¨®n de entregarse: "Porque soy un checheno y los chechenos no se entregan". El guerrillero, que se form¨® como t¨¦cnico agr¨ªcola en un instituto de Mosc¨², no cree en el ministro del Interior, V¨ªctor Yerin. Sin embargo, dice confiar en V¨ªctor Chernomirdin, porque si el jefe del Gobierno de un Estado como Rusia garantiza algo oficialmente "no hay raz¨®n para no creerle".