El arquitecto que se hizo gestor

Manuel Ayll¨®n Campillo, madrile?o y ex socialista, alcanza ya los 43 a?os de vida y los 20 de arquitecto. Desde 1989, se lo pasa "pirata" haciendo el Pasillo Verde Ferroviario. La ocasi¨®n se present¨® en 1988. Gobernaban la ciudad los socialistas y el concejal de Urbanismo, "se?or" Jes¨²s Espelos¨ªn, hizo un encargo definitivo al estudio de Manuel Ayll¨®n y J. Ferrer: ordenar el territorio de Arganzuela.

Los dos arquitectos se pusieron manos a la obra: "Tuvimos que saltar alguna tapia para conocer lo que se escond¨ªa en el abandonado corredor ferroviario de Pr¨ªncipe P¨ªo a Delicias", recuerda Ayll¨®n. "Y nos dimos cuenta de la tremenda herida que se abr¨ªa en Arganzuela; era un gran destrozo urbano y, a la vez, una opci¨®n de futuro".

Seis meses de trabajo despu¨¦s, los dos socios llevaron al papel sus ideas para reformar aquel pasillo abandonado de ocho kil¨®metros. "No me acuerdo de cu¨¢nto nos pagaron por el trabajo, pero con el dinero que nos dieron apenas pudimos costear la maqueta. Para nosotros no fue un expediente m¨¢s, sino un divertimiento", reconoce. Antes de resucitar esta zona, el arquitecto Ayll¨®n, entre los a?os setenta y los ochenta, llen¨® de vida Rivas Vaciamadrid. All¨ª proyect¨® cientos de pisos para la cooperativa Pablo Iglesias.

El socialista Juan Barranco empuj¨® como alcalde el acuerdo con Renfe (1989) para arrancar la colosal obra cuya caracter¨ªstica principal era su autofinanciaci¨®n. Todo lo que se gastaba se ingresaba por venta de suelo. Meses antes de ser expulsado de la alcald¨ªa, Barranco cre¨® el consorcio Pasillo Verde.

Sin un duro y con mil promesas, el arquitecto elegido consejero delegado "por exclusi¨®n", dio de alta al nuevo organismo en Hacienda y mendig¨® pr¨¦stamos en los bancos. Tropez¨® con la suerte en Gran V¨ªa. "Seguros La Estrella se arriesg¨® a dejarme un piso en la sexta planta de Gran V¨ªa, 10 [actual, sede del consorcio]. Les promet¨ª que en seis meses pagar¨ªa". Los tel¨¦fonos y las sillas llegaron despu¨¦s, tambi¨¦n de prestado.

Desde entonces, ha gestionado 34.000 millones de pesetas con un equipo de 22 personas. Cuando finalicen las obras desaparecer¨¢ el consorcio. El ¨²nico rastro que sobrevivir¨¢, "por la cosa moderna", ser¨¢ un CD-Rom con la historia de la nueva ciudad.