El juez militar procesa y encarcela a Perote
La investigaci¨®n del Cesid revela que el ex agente realiz¨® escuchas ilegales y no las destruy¨®
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El coronel Juan Alberto Perote fue encarcelado pasadas las tres de esta madrugada por un presunto delito de revelaci¨®n de secreto en relaci¨®n con las escuchas ilegales del Cesid. Al cumplirse el l¨ªmite de 72 horas de plazo legal, el tiras del Juzgado Central Militar n¨²mero 1, Jes¨²s Palomino, Y¨¦benes, dict¨® auto de procesamiento y prisi¨®n preventiva contra el ex jefe de la agrupaci¨®n operativa del servicio secreto tras interrogarle dos horas. La investigaci¨®n del Cesid considera al coronel responsable de la realizaci¨®n de escuchas ilegales y la difusi¨®n de su contenido. Si esta acusaci¨®n prospera, Perote tambi¨¦n ser¨ªa imputado ante los tribunales ordinarios por violaci¨®n del secreto de las comunicaciones. El abogado defensor de Perote, Jes¨²s de Santaella, asegur¨® que recurrir¨¢ el auto de procesamiento y prisi¨®n que, en,su opini¨®n, "no resiste el m¨¢s m¨ªnimo an¨¢lisis desde el punto de vista que marcan las exigencias de la Constituci¨®n".
El juez acusa a Perote del delito de revelaci¨®n de secreto (art¨ªculo 53 c¨®digo Penal Militar), en relaci¨®n el art¨ªculo 54 (que agrava la pena al estar cometido en virtud del cargo que se ocupa y por la difusi¨®n p¨²blica). La pena prevista oscila entre seis y 10 a?os de c¨¢rcel.Perote comenz¨® su declaraci¨®n a las diez de la noche y termin¨® a medianoche. Hasta las 3.05 de la madrugada permaneci¨® en el juzgado a la espera del auto de procesamiento y prisi¨®n.
Los resultados de la investigaci¨®n interna realizada por el Cesid ya han sido entregados al Gobierno y al fiscal jefe del Tribunal Superior de Madrid, Mariano Fern¨¢ndez Bermejo, por el director dimisionario del centro, el teniente general Emilio Alonso Manglano.
?ste reconoci¨® ante el fiscal, en la tarde del pasado lunes, que fue suya, la orden de poner en marcha en 1984 el gabinete de escuchas desde el cual, mediante un potente esc¨¢ner, se exploraba el espacio radioel¨¦ctrico y se interceptaban y grababan conversaciones por telefon¨ªa m¨®vil, en el convencimiento de que no se trataba de una actividad ilegal. El director en funciones nego, sin embargo, haber ordenado que se espiara a determinadas personalidades de la vida p¨²blica espa?ola.
La versi¨®n del Cesid, inculpatoria para Perote, se basa en que el gabinete de escucha desde el que se realizaba la interceptaci¨®n grabaci¨®n de conversaciones telef¨®nicas depend¨ªa, durante la ¨¦poca en que se produjeron las escuchas, del jefe de la agrupaci¨®n operativa de misiones especiales, Juan Alberto Perote.
El coronel era uno de los mandos del servicio secreto con capacidad para "discriminar" qu¨¦ convensaciones deb¨ªan ser interceptadas y grabadas y cu¨¢les no, en funci¨®n de su inter¨¦s para las funciones del centro, relacionadas con la seguridad y defensa nacional. En segunda instancia, seg¨²n el Cesid, era competencia de Perote la destrucci¨®n de todas aquellas grabaciones que, por su car¨¢cter privado, carecieran de utilidad para el servicio.
El coronel ahora encarcelado, en consecuencia, habr¨ªa violado por partida doble las reglas internas del centro, al grabar indebidamente conversaciones ajenas a sus objetivos y al no destruirlas luego. Ello con independencia de si las sustrajo y las hizo llegar al diario El Mundo a trav¨¦s del ex banquero Mario Conde, lo que es objeto de una investigaci¨®n aparte.
Grabaci¨®n al Rey
Emilio Alonso Manglano, del que depend¨ªa directamente Perote, s¨®lo habr¨ªa conocido algunas de las grabaciones realizadas, corno la que afectaba al Rey, que se puso en conocimiento del Monarca para que tomase las m¨¢ximas precauciones al hablar a trav¨¦s de un tel¨¦fono m¨®vil.
Seg¨²n la versi¨®n del Cesid, en la mayor parte de los casos, el teniente general Manglano habr¨ªa sido ajeno a las actuaciones ilegales de su subordinado, lo que atenuar¨ªa su responsabilidad penal, aunque no de la cuota de culpa correspondiente por no haber evitado estos hechos.
Los resultados provisionales de la investigaci¨®n del Cesid son radicalmente contrarios a la explicaci¨®n ofrecida por el propio Perote, quien en sus m¨²ltiples manifestaciones p¨²blicas antes de ingresar en prisi¨®n en la madrugada del pasado domingo siempre sostuvo que todas las actividades que realiz¨® fueron ordenadas incluso por escrito por el director, al que luego rend¨ªa informes exhaustivos, y asegur¨® que en el servicio no son posibles iniciativas privadas" o incontroladas.
La versi¨®n del Cesid se apoya, entre otros datos, en el listado de grabaciones telef¨®nicas publicado el pasado 13 de junio por el diario El Mundo: no se trata de un documento oficial, sino de un registro manuscrito cuya confecci¨®n fue ordenada por el propio Perote. As¨ª lo ha declarado su autor, un sargento ya separado del centro que se puso en contacto con el Cesid para explicar la situaci¨®n cuando lo vio publicado en los medios de comunicaci¨®n. Precisamente ayer declararon ante el juez militar un sargento del Cesid y otro suboficial cuyas indentidades no fueron facilitadas.
Independientemente de su resultado, la apertura de dos procedimientos judiciales, uno militar y otro ordinario, en relaci¨®n a las escuchas ilegales ha causado honda preocupaci¨®n en el centro. "Habr¨¢ que mantener un dif¨ªcil equilibrio entre la investigaci¨®n judicial y la reserva necesaria" afirma un responsable militar, sin mucha esperanza de que el servicio secreto no sufra la consecuencia de una exposici¨®n p¨²blica excesiva.
Durante la reuni¨®n de la Comisi¨®n de Secretos Oficiales del Congreso del pasado jueves, el vicepresidente, Narc¨ªs Serra, y el ministro de Defensa, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, explicaron que los informes del Cesid sobre los pa¨ªses ¨¢rabes o el narcotr¨¢fico tienen un precio en el mercado negro.
El director de El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez, que hab¨ªa sido citado, a propuesta de la defensa de Perote, manifest¨® al terminar su declaraci¨®n, de media hora de duraci¨®n, que no fue el coronel quien facilit¨® los documentos a su diario.
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