Paradojas liberales
Un famoso semanario italiano, de cuItura laica y centrista, dedicaba recientemente su portada y su dossier central a la "revoluci¨®n liberal que predica el PDS" (ex partido comunista). El famoso PCI se ha convertido en la "esperanza de la revoluci¨®n liberal que Italia necesita y la derecha no es capaz de realizar". No se trata de un truco period¨ªstico. Las propuestas del PDS contra los monopolios p¨²blicos, y privados, en favor de pol¨ªticas de rigor para reducir el d¨¦ficit p¨²blico (incluida la re forma de las pensiones) y su decidido apoyo a un liberal de centro -Prodi- como futuro, jefe de Gobierno justifican la aparente Paradoja del titular period¨ªstico. Si me permiten una an¨¦cdota personales puedo confirmar esta conversi¨®n. O quiz¨¢s no tanto si recordamos aquello de "soy socialista a fuer de liberal" (Prieto). A finales de febrero de este a?o la Internacional Socialista (IS) convoc¨® por primera vez en su historia una Conferencia sobre las Ciudades, en la que participaron unos 400 alcaldes y representantes de ciudades y de partidos socialistas y progresistas de todo el mundo. Un comit¨¦ ad hoc convocado por el presidente, de la IS (Mauroy) la v¨ªspera de la conferencia debati¨® el documento que deb¨ªa discutirse y aprobarse al d¨ªa siguiente en el plenario. Pierre Mauroy me pidio que preparara una nueva redacci¨®n. A la salida se me acerc¨® Fassino, uno de los principales dirigentes del PDS, al que conoc¨ªa de tiempo ha, para decirme: "Por suerte han encargado a una persona sensata preparar un nuevo documento. El planteamiento inicial del texto actual es inaceptable para nosotros. Nos crear¨ªa un gran problema pol¨ªtico". Al preguntarle cu¨¢l era el problema, me se?al¨® la primera parte de la declaraci¨®n cuya base era la "denuncia de la ideolog¨ªa liberal". Se tranquiliz¨® cuando le mostr¨¦ que ya lo hab¨ªa tachado.Cambiemos de pa¨ªs y de continente. En Brasil fue elegido presidente como es bien sabido, el l¨ªder del Partido Socialista Democr¨¢tico, un intelectual con una clara trayectoria de izquierda, Fernando Henrique Cardoso. Ahora la prensa brasile?a destaca la aparente paradoja de que el principal apoyo del presidente sea el derechista partido, liberal (PFL). Incluso, algunas personalidades procendentes de la izquierda que desean situarse claramente en la ¨®rbita presidencial se adhieren al PFL, como ha hecho recientemente el alcalde de R¨ªo. ?Un viraje a la derecha de Cardoso? Es cierto que cuenta con el apoyo sistem¨¢tico de todo el grupo parlamentario liberal, que sus propuestas dividen el centro izquierda (PMDB y su propio partido, el PSDB) empieza a configurar un frente opositor de izquierda que une el PT de Sula y, el veterano l¨ªder traball¨ªsta Brizzola. La pr¨ªncipal confrontaci¨®n tiene por objeto las privatizaciones. Y como tel¨®n de fondo, la disminuci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, el adelgazamiento de un Estado oneroso por exceso de burocracia y de corrupci¨®n y la liberaliz¨¢ci¨®n de la actividad econ¨®mica. ?Es una confrontaci¨®n derecha-izquierda? No parece que el mantenimiento de las empresas estatales sea siempre lo m¨¢s razonable ni despierte grandes entusiasmos populares. La gente aprecia mucho m¨¢s la estabilidad de la moneda y la generaci¨®n de empleo. A veces se mafiestan incluso reacciones contrarias inquietantes como las veladas llamadas de Brizzola al Ej¨¦rcito para que intervenga en favor de las grandes empresas del Estado o la incipiente alianza imp¨ªa de est¨¢ izquierda tradicional con pol¨ªticos vinculados la la etapa estatista del Gobierno militar. Aunque por otra parte, la agresividad manifestada por los medios gubernamentales y de comunicaci¨®n social contra los sindicatos con ocasi¨®n de la larga y fr¨¢casada huelga de los trabajadores de Petrobras contra las privatizaciones tampoco es un buen signo. "Una amarga victoria", declara Giannotti, director del Cebrap y llamado ide¨®logo del cardosismo (Cebrap es el influyente centr¨® de estudios fundado en 1969, en plena dictadura militar por C¨¢rdoso).
Pocos meses antes de su elecci¨®n presidencial, F. H. Cardoso me decia que el objetivo principal de cualquier pol¨ªtica de progreso en Brasil deb¨ªa ser promover la redistribuci¨®n del ingreso (la m¨¢s desigual de Am¨¦rica Latina junto con Hait¨ª), y para ello deb¨ªa contarse con toda la izquierda, especialmente el PT, bien en un gobierno de amplia coalici¨®n de centro-izquierda, bien como oposici¨®n leal con la cual negociar esta pol¨ªtica. No ha sido as¨ª." La explicaci¨®n electoral, las alianzas hacia la derecha que Cardoso debi¨® hacer, para vencer a Sula en la segunda vuelta, no explican bien la pol¨ªtica actual. Es pr¨¢cticamente imposible hacer una pol¨ªtica redistributiva efectiva si no se acaba con la hiperinflaci¨®n, no se reduce el d¨¦ficit p¨²blico y no se desburocratiza Ia econom¨ªa. Por ahora es una pol¨ªtica liberal que seduce a los sectores empresariales y a las capas medias que pueden consumir, pero que puede crear las bases para un relanzamiento econ¨®mico que haga m¨¢s eficiente el gasto p¨²blico y aumente los bajos salarios del sector privado. Es lo que esperan por lo menos los intelectuales progresistas cardosistas, los gobernadores y alcaldes democr¨¢ticos que apoyan al presidente y los sectores light de la izquierda que no comparten la oposici¨®n frontal. Es la esperanza del p¨¦ndulo. ?Se producir¨¢? ?A tiempo?
Y un ¨²ltimo caso: los famosos tigres asi¨¢ticos. O algunos de ellos. El liberalismo econ¨®mico va unido al autoritarismo pol¨ªtico y a veces a un fundamentalismo cultural que nada tiene de liberal. Sin embargo, no es cierto siempre el t¨®pico de que su competitividad su base en los bajos salarios y en la debilidad de la infraestructura social. La distribuci¨®n del ingreso, y la oferta de servicios colectivos es en algunos casos (per ejemplo, en Singapur) m¨¢s favorable a las mayor¨ªas populares que en Am¨¦rica Latina, Estados Unidos y Europa del Sur. Es decir, el defic¨ªt democr¨¢tico de liberalismo parece bastante m¨¢s grave que el d¨¦ficit social. Otra paradoja.
Para concluir. Ser¨ªa f¨¢cil y perfectamente in¨²til remontarse a la tradici¨®n democr¨¢tica del liberalismo, de Stuart Mill a Dahrendorf, para justificar un socialismo liberal. No es una, cuesti¨®n hist¨®rica del pensamiento pol¨ªtico, sino de respuestas de futuro a los problemas de hoy. Estas respuestas tienen componer¨ªtes econ¨®micos liberales. Pero si solamente se aplican ¨¦stos y no tambi¨¦n otros de car¨¢cter social y democr¨¢tico, el resultado puede ser explosivo. Italia, Brasil, Singapur, son casos a seguir. Incluso pueden ser procesos interesantes para Espa?a..
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