Del linchamiento a la demolicion

Parlamentariamente, desde luego, pero lo cierto es que una buena parte de los diputados del Grupo Popular decidieron el linchamiento pol¨ªtico del vicepresidente y pusieron en pr¨¢ctica t¨¦cnicas de demolici¨®n parlamentaria antes de que empezase a hablar. "?Que lo grabe!", fue la primera iron¨ªa que se escuch¨® cuando Narc¨ªs Serra subi¨® a la tribuna. Desde ah¨ª hasta la bronca final con coro popular de "dimisi¨®n, dimisi¨®n", mientras se le aplaud¨ªa desde los esca?os del PP, Serra tuvo que soportar una estrategia dirigida a ridiculizar todas y cada una de sus afirmaciones.Despu¨¦s, Josep L¨®pez de Lerma (CiU) sorprendi¨® al Grupo Parlamentario Socialista con una intervenci¨®n brillante y demoledora, y, para colmo, Serra, aunque quiz¨¢ no lo vio por estar sentado de espaldas en la primera fila de los esca?os, el banco azul, ni siquiera cont¨® con el aplauso un¨¢nime en sus filas, ya que, de manera ostensible, los guerristas se limitaron a un t¨ªmido palmeo o se mantuvieron impasibles, como fue el caso de Alfonso Guerra.

El Gobierno acudi¨® al Parlamento casi en pleno. Faltaron la ministra de Cultura, Carmen Alborch, que lleg¨® poco antes de las nueve de la noche, y el titular de Agricultura, Luis Atienza. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se mantuvo en su esca?o casi toda la larga sesi¨®n y al principio tom¨® notas en una libreta.

La actitud del Grupo Popular fue tomando dimensiones de bronca permanente, con gritos, interrupciones, pateos e incluso expresiones abiertamente insultantes, como "payaso".

Pero antes de llegar ah¨ª alg¨²n diputado, como el riojano Neftal¨ª Isasi y Jos¨¦ Antonio Gayarre, alcalde de Fusti?ana, en la ribera del Ebro, se distinguieron por sus constantes interpelaciones desde el esca?o. Debi¨® ser la bravura del Ebro transmutada a la Carrera de San Jer¨®nimo en Madrid. Pero sin esa explicaci¨®n fluvial, el tambi¨¦n diputado popular Gabriel Cisneros lleg¨® a la exaltaci¨®n con gritos de "intolerable, intolerable" cuando el presidente del Congreso, F¨¦lix Pons, tras concluir la intervenci¨®n de Serra anunci¨® que se suspend¨ªa la sesi¨®n durante 10 minutos. Se llev¨® la indignaci¨®n hasta los pasillos.

Pons hab¨ªa advertido en un momento del debate que estaba dispuesto a suspenderlo si no se consegu¨ªa un cierto sosiego. Isidro Hern¨¢ndez Sito, que es un habitual voceador y animador, subi¨® su tono habitual de broma parlamentaria para retar al presidente: "Venga, susp¨¦ndelo".

Cuando por fin ocurri¨®, el propio Aznar, junto a Rodrigo Rato, subi¨® a la tribuna de presidencia para increpar a Pons. Rato asegur¨® en rueda de prensa que la suspensi¨®n se hab¨ªa decidido por iniciativa de Felipe Gonz¨¢lez. En privado, varios diputados del PP aseguraron que Gonz¨¢lez hizo un gesto al portavoz socialista, Joaqu¨ªn Almunia; que ¨¦ste, desde el tel¨¦fono de su esca?o lo comunic¨® a su compa?era socialista en la Presidencia, Milagros Fr¨ªas, y ¨¦sta por fin a Pons, que habr¨ªa atendido la sugerencia, si esta versi¨®n fuese cierta.

A incidente por minuto

Un recuento no exhaustivo ofrece m¨¢s de 60 incidentes durante la intervenci¨®n de Serra, lo que supondr¨ªa una media de casi uno por minuto.

La t¨¢ctica socialista frente a lo ocurrido se hizo patente al reanudarse el pleno con la intervenci¨®n de ?lvarez Cascos. Ni siquiera frases de tan grueso calibre como que Gonz¨¢lez es un "c¨ªnico que miente con aplomo" lograron que los esca?os socialistas reaccionasen para mantener el clima de bronca.

?sta lleg¨® m¨¢s tarde. Serra en su primera intervenci¨®n, hab¨ªa defendido abiertamente al director del Cesid, Emilio Alonso Manglano, lo que hab¨ªa provocado voces de los diputados Isasi y Hern¨¢ndez Sito, que le gritaron: 'Te tiene cogido".

En su segunda intervenci¨®n, el vicepresidente fue mucho m¨¢s lejos, se extendi¨® en presentar a Manglano como un defensor de la democracia en momentos clave y estableci¨® comparaciones con la actitud de Alvarez Cascos y unas declaraciones suyas descalificando la actuaci¨®n del Cesid y su director.

Serra le dijo a ?lvarez Cascos que no ten¨ªa legitimidad para atacar ni a la instituci¨®n ni al general y que, a su lado, era un cero a la izquierda". Incluso se permiti¨® bromear. posteriormente al decir que, para referirse al secretario general del PP, deber¨ªa haber dicho "un cero a la derecha".

En la r¨¦plica, ?lvarez Cascos no se anduvo con bromas. Devolvi¨® a Serra la pelota de la falta de legitimidad y le acus¨® duramente de haberse callado ante casos como Filesa, los GAL, Rold¨¢n, los fondos reservados y "el comportamiento mafioso de quienes se dedicaron a espiar desde el Cesid".

Pasadas las nueve de la noche concluy¨® un debate con m¨¢s de cinco horas plagadas de tensi¨®n pol¨ªtica y parlamentaria que probablemente no sean sino el pr¨®logo de la comparecencia que la C¨¢mara espera con verdadera avidez: la del presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, prevista para la semana pr¨®xima.