Carambola mortal en el centro de Alcal¨¢ de Henares
Dos peatones mueren aplastados al chocar un coche de bomberos contra un contenedor de obra
La muerte lleg¨® en carambola. Un coche de bomberos en servicio de urgencia caus¨® a las 10.30 de ayer la muerte por aplastamiento de dos hombres que paseaban por la hist¨®rica calle Mayor de Alcal¨¢ deHenares (166.000 habitantes). El brutal accidente se desencaden¨® cuando el veh¨ªculo, que circulaba a gran velocidad, golpe¨® un contenedor de obra y lo arrastr¨® seis metros. El dep¨®sito -de 2.000 kilos- aprision¨® a dos peatones y se estrell¨® con ambos contra una columna. El tiempo de ?ngel Portillo Fern¨¢ndez, de 7 a?os, se parti¨® en dos. Francisco Fern¨¢ndez Mantec¨®n, de 63 a?os, agoniz¨® empotrado bajo el p¨®rtico. M¨¢s de 30 venos aunaron sus fuerzas para mover elcontenedor y salvarle. Sin ¨¦xito. El coche bomberos, mientras, prosigui¨® su caen busca de un fuego que ya hab¨ªa sido apagado. Otras dos personas resulta n heridas. El alcalde de Alcal¨¢ conside¨® el accidente "mala suerte".
El primer acto de la tragedia de la calle Mayor se inici¨® a las 10.20 de ayer, cu¨¢n do el due?o de la Cervecer¨ªa Alemana, situada en el n¨²mero 47 de la citada v¨ªa, vio c¨®mo sal¨ªa humo del techo de la entrada de su establecimiento. Un lugar repleto de cables. El hombre des conect¨® la corriente el¨¦ctrica y avis¨® a los servicios de extinci¨®n. La alarma se desat¨® en el parque de bomberos de Alcal¨¢, dependiente de la Comunidad de Madrid. La calle Mayor y sus p¨®rticos constituyen una de las joyas arquitect¨®nicas de Espa?a. V¨ªa principal de la antigua juder¨ªa, los comercios la jalonan desde hace siete siglos. Una monumentalidad que no est¨¢ libre de peligro. La estructura de madera de algunos edificios dispara el riesgo de incendio.Ante esta situaci¨®n, la autobomba parti¨® de la central a las 10.28. Sirenas y luces puestas. Le abr¨ªa paso un coche de la Polic¨ªa Local. El lugar del incendio dista 2,5 kil¨®metros del parque. En seis minutos, ambos veh¨ªculos enfilaron la calle Mayor, prohibida al tr¨¢fico.
La anchura de la calzada, empedrada, alcanza siete metros; la del coche de bomberos, dos y medio. A la altura del n¨²mero 36, entre dos columnas, descansaba un contenedor de obra, medio lleno. Dos toneladas de peso, con escombros procedentes de la reforma de la perfumer¨ªa El Estuche, en el n¨²mero 40.La calle, como siempre, muy transitada. Por ella andaba Francisco Fern¨¢ndez Mantec¨®n, de 63 a?os.
El hombre, due?o del bar Casa Paco, en la misma calle, volv¨ªa de hacer unas compras para su establecimiento. A escasos cent¨ªmetros de ¨¦l, caminaban por la calzada ?ngel Portillo Fern¨¢ndez, de 57 a?os, y Francisco G¨®mez G¨®mez, de 62, dos amigos que aprovechaban la ma?ana para arreglar "unos papeles", seg¨²n sus familiares. Los tres pasaron cerca del contenedor, donde tambi¨¦n se encontraba el obrero Pedro Pablo Herreros, de 53 a?os.
"Hombre, ?qu¨¦ tal?"
Eran las 10.30 cuando por la calle reson¨® una sirena. Francisco Fern¨¢ndez Mantec¨®n salud¨® en aquel momento a Emilio Mart¨ªnez, de 28 a?os, otro tendero de la misma v¨ªa. "Hombre, Emilio, ?qu¨¦ tal?", lleg¨® a decir el due?o de Casa Paco.
Al instante, el veh¨ªculo patrulla cort¨® el aire de la calle Mayor. Y, justo detr¨¢s, lleg¨® el coche de bomberos. Diez toneladas, siete metros de largo, dos y medio de ancho. "Ir¨ªa a 100 por hora", afirm¨® posteriormente un testigo. Otros testimonios confirmaron su elevada velocidad.
Para evitar el contenedor, situado en la calzada, la autobomba se desvi¨® hacia la izquierda. Su parte trasera choc¨® con el dep¨®sito met¨¢lico. Lo empuj¨® vio lentamente hacia una columna.
Los peatones se enfrentaron al avance de la muerte. "De repente, el contenedor se nos vino encima", coment¨® en el hospital G¨®mez, quien junto a Herreros, el obrero, sali¨® despedido a causa del golpe. Salvaron la vida.
?ngel Portillo y Francisco Fern¨¢ndez, en cambio, quedaron aprisionados entre el contenedor y la columna. Uno detr¨¢s del otro. Portillo, con el cuerpo partido en dos -mitad en el suelo, mitad en el contenedor- Muri¨® en el acto. Fern¨¢ndez tard¨® m¨¢s,
La figura del hombre agonizante, aprisionado entre el contenedor y la columna, desat¨® un estallido de solidaridad entre los vecinos. Unas. 30 personas corrieron hacia el contenedor para moverlo y liberar el cuerpo de Fern¨¢ndez. El m¨²sculo de la vecindad consigui¨® desplazar unos cent¨ªmetros el dep¨®sito. Fern¨¢ndez, con la boca entre espumarrajos, se desplom¨®. Fue la segunda v¨ªctima niortal. Expir¨® muy cerca del polic¨ªa municipal de la calle Mayor, un agente que ayer, tras 30 a?os, prestaba su ¨²ltimo d¨ªa de servicio.
La autobomba, entretanto, sigui¨® su camino sin percatarse -es la versi¨®n oficial- del reguero de sangre que hab¨ªa dejado a su paso. No par¨®, seg¨²n los testigos, hasta alcanzar la Cervecer¨ªa Alemana, a 15 metros del lugar de la tragedia. Los bomberos ignoraban que durante su trayecto el due?o del establecimiento hab¨ªa avisado a la central para decir que el fuego ya hab¨ªa sido controlado y que ya no les necesitaba.
Los dos heridos fueron trasladados al hospital Pr¨ªncipe de Asturias. Aunque su estado no revest¨ªa gravedad, ambos sufr¨ªan el mazazo ps¨ªquico de la tragedia. Un golpe que derrumb¨® a los familiares de los dos fallecidos -ambos casados y con hijos- En Casa Paco, el silencio inundaba la penumbra. Los tres hijos sollozaban abrazados.
El alcalde de Alcal¨¢, Bartolom¨¦ Gonz¨¢lez, del Partido Popular, reaccion¨® r¨¢pidamente ante lo que consider¨® un accidente causado por la "mala suerte". A las dos horas, ofreci¨® una conferencia de prensa en la que insisti¨® en que tanto las obras como el contenedor estaban autorizados. Es m¨¢s, Gonz¨¢lez consider¨® correcta la ubicaci¨®n del dep¨®sito -con una anchura de 1,7 metros-, puesto que dejaba espacio suficiente para los veh¨ªculos de urgencia.
El alcalde, sin embargo, no precis¨® la velocidad a la que la polic¨ªa y los bomberos recorrieron la calle Mayor. Con las alarmas ac¨²sticas y luminosas en funcionamiento, la Ley de Seguridad Vial y el Reglamento General de Circulaci¨®n establece que se circular¨¢ con las debidas precauciones, pero no fija un l¨ªmite de kil¨®metros por hora. Tras el accidente, el condutor de la autobomba sufri¨® una crisis nerviosa.
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