'Reggae' hasta el amanecer
'Rastas' de toda Espa?a se desplazaron anoche al campo de f¨²tbol de Morata de Taju?a
Lo hab¨ªan llamado reggae junto al r¨ªo, pero se qued¨® en reggae en el campo de f¨²tbol. La peque?a localidad pr¨®xima a Madrid Morata de Taju?a, donde no cay¨® una gota de agua, se transform¨® anoche en una pequena Jamaica. La cosa era celebrar el segundo festival. Reggae on the River, que este a?o coincid¨ªa con el 50 aniversario del nacimiento del gran profeta del reggae, el primer l¨ªder del Tercer Mundo, Robert Nesta Marley, conocido para el mundo como Bob Marley.
?l expandi¨® el reggae y su doctrina por todo el mundo y sus fieles seguidores espa?oles quer¨ªan celebrar su cumplea?os, eligieron un sugerente lugar entre lagunas y convocaron para ello a 14 grupos de todo el planeta reggae.
"Es la primera vez que venimos a un concierto de esta clase de m¨²sica" dec¨ªan Javi y Ra¨²l, dos gemelos morate?os que se hab¨ªan colado con su panda de amigos, que no sobrepasaban los 13 a?os y que apenas sab¨ªan qui¨¦n era ese Bob Marley al que todos los grupos dedicaban canciones y elogios.
El escenario estaba situado en un lateral de la cancha y con una enorme factor¨ªa de cal a sus espaldas, que al oscurecer parec¨ªa una plataforma espacial, el supuesto para¨ªso remedo de Jamaica fue llen¨¢ndose seg¨²n avanzaha la noche
La musica lleg¨® tarde
Pero los grupos empezaron tarde Natty Dread,agrupaci¨®n valenciana, rompieron fuego despu¨¦s de que desde el escenario un miembro de la organizaci¨®n lanzara miles de disculpas por el retraso y los defectos de sonido. El mensajero apel¨® a la paciencia y al "buen rollo" del respetable, que por entonces no llegar¨ªa al millar.El olor a tomillo se mezclaba con el de otras hierbas sobre el terreno que cada 15 d¨ªas ocupaba el equipo Morata Club de F¨²tbol, que milita en Tercera Divisi¨®n.
Sin embargo, tal permisividad contrastaba con la autoridad que no hab¨ªa dejado entrar botellas de cristal, ni de pl¨¢stico, si es que antes no se les hab¨ªa quitado el tap¨®n.
A pesar de que empez¨® a refrescar pronto, el acontecimiento invitaba a la diversi¨®n. Rastas de toda Espa?a se hab¨ªan desplazado a Morata con toda la parafernalia adecuada: los colores rojo, amarillo y verde predominando en las vestimentas y los tirabuzones, los pantalones amplios, las camisetas por fuera y los gorritos eran la nota dominante donde la ¨²nica contradicci¨®n era una cuadrilla ataviada con t¨²nicas saharauis.
Pero apenas hab¨ªa puestos de comida jamaicana, tampoco la peluquer¨ªa africana que se hab¨ªa anunciado, por lo que los que hab¨ªan so?ado hacerse bucles se quedaron con las ganas. Para colmo, durante unas horas fall¨® la cerveza y las pausas entre grupo y grupo se hac¨ªan interminables.
Perd¨®n a la organizaci¨®n
Los hippies de Babylonia (as¨ª llaman los rastas al territorio enemigo) son indulgentes. Llegaron con mantas, tiendas de campa?a y comida y bebida para una larga noche y, como ten¨ªan ganas de pasarlo bien, perdonaron los fallos de la organizaci¨®n y todos buscaron el camino de la redenci¨®n entonando un emocionante e invisible "f¨¦liz cumplea?os Bob" y un deseo de paz para el mundo.
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