Indur¨¢in asalta su 5? Tour
El corredor navarro est¨¢ listo para igualar el r¨¦cord de Anquetil, Merckx e Hinault
Miguel Indur¨¢in est¨¢ listo para la gran haza?a: igualar el r¨¦cord en tiempo r¨¦cord. Si llega de amarillo a Par¨ªs el pr¨®ximo 23 de julio merecer¨¢ un puesto en el podio que comparten Anquetil, Merckx e Hinault, los ¨²nicos ciclistas que han ganado el Tour cinco veces. Indur¨¢in, sin embargo, vivir¨¢ en un pelda?o ligeramente superior: nadie lo hab¨ªa conseguido consecutivamente. De ser cierta su epopeya, el debate adquirir¨¢ un aspecto resbaladizo porque obligar¨¢ a determinar si realmente el corredor navarro debe ser considerado el m¨¢s grande de todos los tiempos.Indur¨¢in afronta el asalto quinto Tour con una tranquilidad pasmosa. Hay mucho ruido a su alrededor, pero de sus labios no sale una palabra de m¨¢s. Sus declaraciones no han variado. ?l constata ante la opini¨®n p¨²blica que est¨¢ en buena forma, que goza de buena salud, que est¨¢ esperanzado, que sigue el plan previsto y que lo importante en esta vida es ganar un Tour, aunque sea uno solo. La opini¨®n p¨²blica quiere m¨¢s, demanda una declaraci¨®n de intenciones, quiere tocar con la mano este quinto Tour hist¨®rico, pero no comprende todav¨ªa que el aut¨¦ntico Indur¨¢in no responde a ning¨²n prototipo conocido. Por eso es ¨²nico. Y, por tanto, es incomparable.
Este asalto al quinto Tour rompe algunas barreras del ciclismo moderno. Puede afirmarse que el camino emprendido por Indur¨¢in es muy peculiar: no fue un corredor precoz como sus predecesores y est¨¢ por demostrar que su longevidad sea de un tama?o superior. Indur¨¢in tiene 30 a?os y cumplir¨¢ los 31 en plena carrera. A esa edad, Anquetil, Merckx e Hinault hab¨ªan alcanzado list¨®n; en sus momentos de aut¨¦ntica hegemon¨ªa, los dos primero llegaron a ganar cuatro Tours consecutivos. Quiere ello decir, que Indur¨¢in est¨¢ por encima del estereotipo. Quienes gustan de reparar en las estad¨ªsticas, han conclu¨ªdo hace ya alg¨²n tiempo que Indur¨¢in no puede ganar el quintoTour por razones de edad, por el desgaste propio de una carrera profesional que dura ya diez a?os y porque su largo dominio ha dado lugar a que aparezca en el panorama una nueva generaci¨®n de ciclistas. Y, tambi¨¦n, porque todos los grandes han vivido un a?o malo.
Sucede, sin embargo, que la propia carrera de Indur¨¢in es muy peculiar. Su llegada al ¨¦xito se produce despu¨¦s de una ordenada trayectoria. Cuando Indur¨¢in consigue su primer Tour no es un jovencito de 23 a?os que provoque una mezcla de sorpresa y admiraci¨®n. Indur¨¢in tiene 27 a?os, es un ciclista muy conocido, sobre el que ya se ha especulado mucho, y que tiene en su patrimonio un conocimiento preciso de la carrera francesa: sabe lo que es ganar etapas de alta monta?a y sabe lo que es ganar una contrarreloj. Es ya en ese preciso momento, un especialista en el Tour. Y esa experiencia, en la que supera a sus rivales, le permiteun margen de maniobra superior.
De hecho, y a diferencia de los tres grandes, Indur¨¢in no ha necesitado de esfuerzos extraordinanos para sentenciar sus posteriores victorias. No hay en su palmar¨¦s una gran haza?a como la de Anquetil luchando contra Poulidor en el puerto de Envalida, cuando remont¨® cuatro minutos de diferencia en una apote¨®sica jornada. Tampoco las maniobras de Merckx en los Pirineos, en los que naveg¨® durante 140 kil¨®metros en solitario hasta obtener m¨¢s de siete minutos de ventaja sobre sus rivales, o su ag¨®nica ascensi¨®n al Mont Ventoux, en cuya cumbre cay¨® desfallecido, o su fiereza para combatir las embestidas de Luis Oca?a. Indur¨¢in no ha necesitado m¨¢s que un m¨ªnimo porcentaje de los ataques que lanz¨® Hinault a lo largo de su carrera.
Cualquier apreciaci¨®n que se haga sobre su edad encuentra r¨¢pida respuesta en el hecho de que su ¨²ltimo gran rival, el suizo Tony Rominger, acabe de cumplir los 34 a?os. De todos los corredores que han compartido con ¨¦l el podio de Par¨ªs en los ¨²ltimos cuatro a?os (Bugno, Chiappucci, Rominger, Ugrumov y Pantani), s¨®lo el italiano Marco Pantani (31 en 1994) es m¨¢s joven que Indur¨¢in.
Queda por determinar la teor¨ªa del a?o malo. Todos los grandes lo tuvieron, acompa?ado de lesiones o dolencias imprevistas. En ese punto, Indur¨¢in tambi¨¦n es peculiar: es de tal calibre su meticulosidad que reduce al m¨ªnimo el riesgo de un imprevisto. Y tambi¨¦n ha sabido maniobrar cuando ha sufrido alguna dolencia -corri¨® la contrarreloj final, de. 1993 con casi 40 grados de fiebre-.
El pr¨®ximo s¨¢bado llegar¨¢ a Saint Brieuc, punto de salida del Tour, en perfecto estado de revista. Habr¨¢ recorrido los kil¨®metros necesarios y cumplido el entrenamiento dise?ado en la hoja de rota. Tendr¨¢ las piernas a punto, la cabeza en su sitio y el mapa de la carrera en su cerebro. Y tomar¨¢ posiciones en cabeza del pelot¨®n para evitar emboscadas.
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