Cumbres borrascosas
LAS CUMBRES de jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea (UE), como la que se inicia. hoy en Cannes (Francia), son borrascosas en su preparaci¨®n, suelen serlo en su desarrollo, y a veces tambi¨¦n en su conclusi¨®n. El mediocre ritmo de preparaci¨®n que la presidencia semestral francesa ha impuesto a sus trabajos durante m¨¢s de cinco meses constituye uno de los factores b¨¢sicos de la incertidumbre. Es cierto, sin embargo, que el reciente impulso insuflado por el nuevo presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, permite abrigar esperanzas de acuerdo en algunos, ¨¢mbitos importantes. El primero de ellos es el reparto de la ayuda exterior de la UE, un debate trufado de, melancol¨ªas hist¨®rico-geogr¨¢ficas y a veces de poscolonialismo, en el que cada pa¨ªs. trata de privilegiar, a veces sin matices, a los destinatarios de sus respectivas ¨¢reas de influencia. El l¨®gico inter¨¦s espa?ol por consolidar la pol¨ªtica mediterr¨¢nea no debe llevar a minusvalorar otras exigencias, particularmente las del Este europeo -con el que la Europa desarrollada tiene al menos los mismos deberes que los asumidos por EE UU con sus aliados en, la posguerra- y los depauperados pa¨ªses africanos. Y, en otro ¨¢mbito, las del escenario de Bosnia, que estar¨¢ presente en la cumbre a trav¨¦s de una manifestaci¨®n ciudadana a favor. de la colectividad a la que globalmente se ha colocado en posici¨®n de v¨ªctima.
La solidaridad externa s¨®lo se convierte en un flujo pol¨ªtico-econ¨®mico permanente cuando es fruto de la cohesi¨®n y el equilibrio internos. Por eso resulta cuando menos atrabiliario que bajo coartadas t¨¦cnicas algunos de los grandes.pa¨ªses pretendan monopolizar los fondos destinados a las grandes redes transeuropeas, una de las acciones previstas para aumentar la competitividad y el empleo en la Europa de final de siglo, en detrimento de otros, La responsabilidad de Francia en este desaguisado es manifiesta, cuando adem¨¢s se ha valido para ello de la preeminencia institucional que le correspond¨ªa durante este semestre.
De esta cumbre deber¨ªan surgir otras l¨ªneas de actuaci¨®n concretas para la creaci¨®n de empleo, considerado por todos los dirigentes como el principal problema de la Uni¨®n, frente a lo que sucede, por ejemplo, en EE UU, que con un crecimiento econ¨®mico similar logra, sin embargo, remontar el paro. Si el debate sobre el empleo se limita a la ret¨®rica, acabar¨¢ deterior¨¢ndose la credibilidad de quien la emplea.
Por lo dem¨¢s, est¨¦ Consejo constituir¨¢ un interesante term¨®metro para calibrar el momento pol¨ªtico. Se ver¨¢ si la renuncia del primer ministro brit¨¢nico, John Major, tiene alg¨²n tipo de consecuencias sobre ¨¦l ritmo de la construcci¨®n comunitaria. Tambi¨¦n podr¨¢ verse de cerca la laten te aunque amistosa rivalidad por la hegemon¨ªa entre el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, y el flamante presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, plet¨®rico de iniciativas y con un septenato por delante. ?Influir¨¢ esta relaci¨®n positivamente en la recomposici¨®n y consolidaci¨®n de la. imprescindible entente franco-alemana? Finalmente se produce, por primera vez, la presencia en un Consejo Europeo de los 26 pa¨ªses llamados a integrar la UE del siglo XXI -junto a, los Quince. acudir¨¢n los pa¨ªses del. centro y el Este de Europa, los b¨¢lticos, Malta y Chipre-, ?Quedar¨¢ limitada esta presencia a una se?a simb¨®lica, m¨¢s o menos protocolaria, o servir¨¢ de acicate para la aceleraci¨®n de los trabajos de integraci¨®n?
Espa?a acude a la cumbre en una coyuntura d¨¦ profunda crisis pol¨ªtica, y a pocos, d¨ªas de encamar la nueva presidencia semestral de la Uni¨®n. Sea cual sea el desenlace de las turbulencias internas, quien olvide que la pol¨ªtica europea no es para nuestro pa¨ªs pol¨ªtica exterior, sino se?a de identidad de su proyecto nacional, y quien caiga en la tentaci¨®n de trasladar al escenario de la presidencia el pesado enjambre de las cuitas dom¨¦sticas, prestar¨¢ un mal servicio a este pa¨ªs.
Es responsabilidad de toda la clase dirigente evitar tal tentaci¨®n. Y en caso de vacilaci¨®n, corresponder¨¢ a la ciudadan¨ªa presionar para corregir esos, excesos.
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