Educaci¨®n reclama a un ex presidente del CSIC 98 millones por un supuesto error contable
Emilio Mu?oz responde que el intercambio de partidas era habitual en el organismo
El abogado del Estado del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia reclama 98,3 millones de pesetas al que fue presidente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), Emilio Mu?oz, entre 1988 y 1991. Educaci¨®n le acusa de ser el m¨¢ximo responsable de haber pagado gratificaciones al personal del organismo con cr¨¦ditos aprobados para otra finalidad. Para Mu?oz es "un error administrativo". Su abogado prepara las pruebas para demostrar que haber pagado a los empleados con cargo a una partida presupuestaria diferente de la asignada era una pr¨¢ctica habitual.
La acusaci¨®n del abogado del Estado de haber cometido "una falta en el manejo de los fondos p¨²blicos" tiene su origen en el informe realizado por el Tribunal de Cuentas sobre el ejercicio de 1990 en el CSIC, organismo dependiente del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia. Dicho informe hablaba de indicios de "responsabilidad contable" en relaci¨®n con el pago al personal de "gratificaciones con cargo a cr¨¦ditos aprobados para otra finalidad, lo que supone el in cumplimiento del art¨ªculo 59 del Texto Refundido de la Ley General Presupuestaria".Emilio Mu?oz, que antes de llegar al CSIC fue director general de Pol¨ªtica Cient¨ªfica entre 1982 y 1988, cree que el 5Tallo administrativo" consisti¨®, simplemente, en no pedir permiso al Ministerio de Econom¨ªa para dedicar el dinero a esos incentivos. "El personal cobr¨® el dinero, as¨ª que no hay nada que se parezca a malversaci¨®n de fondos o algo as¨ª. Eso es lo que va a demostrar mi abogado en el juicio de pruebas pedido al Tribunal de Cuentas y concedido por ¨¦ste", dice Mu?oz, que sigue trabajando en el CSIC.
Santiago Mu?oz Machado, abogado de Emilio Mu?oz, tiene ahora 30 d¨ªas para demostrar su prueba fundamental, seg¨²n el propio abogado: que "la pr¨¢ctica era la habitual en el CSIC".
Emilio Mu?oz se siente perseguido y se pregunta por qu¨¦ la auditor¨ªa se hizo precisamente del a?o 1990, que fue un ejercicio especialmente complicado. "Tuve que enfrentarme, por ejemplo, a una huelga general de tres meses", dice Mu?oz, que tambi¨¦n alega que el t¨¦cnico en estos asuntos no era ¨¦l, sino el vicesecretario de Actuaci¨®n Econ¨®mica, Gustavo Monje, tambi¨¦n acusado en el mismo caso y que sigue ocupando hoy el mismo puesto.
El abogado del Estado tambi¨¦n considera en su providencia, que lleva fecha de marzo de este a?o, que Gustavo Monje es responsable del asunto, pero s¨®lo le pide 2,6 millones de pesetas por perjuicios a la Hacienda p¨²blica, frente a los 98,3 de Mu?oz y los 11,6 millones que pide al entonces vicepresidente del CSIC, Vicente Larraga. Las peticiones de reintegro son solidariamente con los otros dos acusados.
"Yo estoy perplejo e indignado", dice Gustavo Monje. "Discrepo completamente de la interpretaci¨®n que del asunto ha hecho el Tribunal de Cuentas. Esto no es una oficina de funcionarios que trabajan de ocho a tres. Aqu¨ª la gente acude un domingo a los animalarios a dar de comer a los animales o a una finca experimental o se van en el Hesp¨¦rides a la Ant¨¢rtida. Y no es lo mismo un complemento de productividad que un pago por servicios especiales por hacer esas actividades tan diferentes. En el CSIC siempre se han pagado as¨ª las cosas y no hay desv¨ªo alguno de fondos de una partida a otra".
Un portavoz del CSIC confirm¨® que era norma hacer estos pagos con cargo a una partida que no se ajustaba a los actuales criterios del Tribunal de Cuentas, por lo que ya se han realizado las modificaciones oportunas. El CSIC tambi¨¦n resta importancia al expediente, "que de manera habitual inicia el Tribunal de Cuentas", y recuerda que a¨²n no se ha producido la resoluci¨®n final".
El CSIC es el mayor organismo de Espa?a dedicado a la investigaci¨®n. Est¨¢ formado por 83 centros propios o compartidos con universidades. Su presupuesto de 1995 asciende a 53.000 millones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.