Un tigre devorador de sus creadores
El tigre econ¨®mico surcoreano se ha convertido en monstruo Frankestein que devora a sus propios creadores, aseguraba recientemente un rotativo surcoreano, en referencia a una econom¨ªa que digiere con dificultad el progreso que genera. "El hiperdesarrollo a velocidad de v¨¦rtigo", asegura un residente espa?ol en Se¨²l, "representa un desastre para esta naci¨®n. Todo va deprisa, especialmente en el mundo de la construcci¨®n, y la seguridad no alcanza unos baremos m¨ªnimos aceptables".La ristra de cat¨¢strofes en los ¨²ltimos nueve meses confirma que detr¨¢s del apabullante desarrollo econ¨®mico surcoreano, uno de cuyos puntales manifiestos es la construcci¨®n -la capital rebosa de martillos neum¨¢ticos y gr¨²as-, las normas de seguridad son m¨¢s bien laxas, incluso inexistentes.
En octubre del a?o pasado, el derrumbe de un puente en pleno centro de Se¨²l produjo 32 muertos. En diciembre, una explosi¨®n de gas en la capital se cobr¨® 12 v¨ªctimas. El 28 de abril ¨²ltimo, otra explosi¨®n de gas en Taegu, 230 kil¨®metros al sur de Se¨²l, provoc¨® m¨¢s de 100 muertos y centenas de heridos.
A principios de mayo, varios peri¨®dicos surcoreanos publicaron fotos de los conductos de gas que serpentean la capital en un estado de corrosi¨®n temeroso. Algunas fuentes aseguran que el Gobierno carece de mapas que indiquen la localizaci¨®n de las tuber¨ªas.
La indignaci¨®n manifestada por los coreanos contra las autoridades en los sucesos previos se reproducir¨¢, casi con toda seguridad, y la pr¨®xima v¨ªctima, esta vez pol¨ªtica, podr¨ªa ser el Gobierno, que acaba de ser severamente vapuleado en las recientes elecciones locales.
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