Suiza decide expulsar al "rey de la fondue" un colombiano con 20 a?os de residencia
La burocracia es lenta incluso en la eficiente Confederaci¨®n Helv¨¦tica: hace casi 20 a?os que el colombiano Jairo Prieto vive y trabaja en Ginebra y sobre ¨¦l pende ahora una orden federal de expulsi¨®n del pa¨ªs por considerarle un "imigrante clandestino". Su caso es un poco especial. Llegado a la Confederaci¨®n, empez¨® haciendo peque?os trabajos antes de aprender a hacer una de las mejores fondues de queso en un reputado restauran te de la ciudad. Casado con una compatriota en Ginebra y con. dos hijos que van al colegio, Prieto cotiza desde hace dos lustros a la Seguridad Social; su libro de familia est¨¢ registrado en Ginebra, y a su nombre reza el contrato del alquiler del apartamento.Hace tres a?os empez¨® a intuir su pesadilla. Las autoridades de Ginebra le concedieron un permiso de residencia dentro del contingente de trabajadores extranjeros que corresponde al cant¨®n. Pero las autoridades federales, que son quienes tienen la ¨²ltima palabra en materia de asilo o nacionalizaci¨®n, aplican la ley a rajatabla y Colombia no pertenece a los pa¨ªses tradicionales de contrataci¨®n en mano de obra extranjera. No quieren, hacer excepciones con Prieto.
Suiza ha rechazado la solicitud de Prieto de acogerse a un permiso humanitario, por consdiera que eso alentar¨ªa el "comportamiento profundamente in correcto de extranjeros que por sus actitudes oportunistas intentan poner a las autoridades ante un hecho consumado", seg¨²n e Journal de Gen¨¦ve. La ¨²ltima palabra la tendr¨¢ ahora el, Tribuna Federal de Lausana, Mientras Prieto vive en vilo presisament cuando sus dos hijos van a obtener el pasaporte helv¨¦tico.
Seg¨²n el director de la Oficina Cantonal de la Poblaci¨®n, F¨¦lix Goetz, desde Ginebra se devuelven cada d¨ªa cerca de media do cena de inmigrantes clandestinos, la mayor¨ªa portugueses. Se g¨²n los sindicatos, entre 4.000 y 5.000 de estos trabajadores est¨¢n empleados en la hosteler¨ªa en Ginebra en condiciones precarias.
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