El Papa admite que muchos cat¨®licos han contribuido a la opresi¨®n de las mujeres
Juan Pablo II urge a una "igualdad efectiva" de derechos entre los dos sexos
"A¨²n queda mucho por hacer para que ser mujer y madre no comporte una discriminaci¨®n", se afirma en la Carta del Papa Juan Pablo II a las mujeres publicada ayer por la Santa Sede. El documento no tiene precedentes, porque nunca la Iglesia hab¨ªa tratado el tema de la mujer tan espec¨ªficamente. El Papa urge a una "igualdad efectiva" de derechos y obligaciones entre ambos sexos, reconoce que muchos cat¨®licos han contribuido a la opresi¨®n de la mujer e incluso expresa admiraci¨®n por el feminismo hist¨®rico, para concluir que a hombres y mujeres corresponden papeles distintos.
La carta, similar a las ya dirigidas por el Papa a los j¨®venes, a las familias y a los ni?os, se orienta en la perspectiva de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer que se celebrar¨¢ en Pek¨ªn el pr¨®ximo mes de septiembre. Una mujer, a¨²n no designada, presidir¨¢ la delegaci¨®n vaticana que asistir¨¢ a dicho evento, lo que tampoco tiene precedentes en la historia de una instituci¨®n que s¨®lo hace 30 a?os admiti¨® por primera vez mujeres en un concilio, y como simples oyentes."Si en esto no han faltado responsabilidades objetivas, incluso de no pocos hijos de la Iglesia, lo siento sinceramente", afirma Juan Pablo II en su carta, en relaci¨®n con la "historia de enormes condicionamientos" que han tenido que soportar las mujeres. "Mi admiraci¨®n hacia las mujeres de buena voluntad que se han dedicado a defender la dignidad de su condici¨®n femenina me(flante la conquista de fundamentales derechos sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos, y han tornado esta valiente iniciativa en tiempos en que este compromiso suyo era considerado un acto de transgresi¨®n", a?ade.
Machismo y maternidad
Estas nuevas tomas de posici¨®n en relaci¨®n con el feminismo, entrelazadas incluso con una referencia al "machismo agresivo", no alteran, sin embargo, las convicciones b¨¢sicas del Papa en torno a la mujer: su maternidad esencial y su complementariedad funcional con respecto al hombre.
"Cu¨¢nto reconocimiento merecen las mujeres que, con amor heroico por su criatura, llevan a t¨¦rmino un embarazo derivado de la injusticia de relaciones sexuales impuestas por la fuerza", escribe, por ejemplo, Juan Pablo II, refiri¨¦ndose tanto a "las atrocidades que tienen lugar en situaciones de guerra" como a las "situaciones de paz y bienestar viciadas a menudo por una cultura del permisivismo hedon¨ªstico, en que prosperan m¨¢s f¨¢cilmente tendencias de machismo agresivo".
El Papa insta a "condenar con determinaci¨®n, empleando los medios legislativos apropiados de defensa, las formas de violencia sexual" y reitera la idea de la enc¨ªclica Evangelium Vitae de que el aborto, "antes de ser una responsabilidad de la mujer, es un crimen imputable al hombre y a la responsabilidad del ambiente".
Por lo que se refiere a la diversidad funcional de los sexos, el Papa valora en su carta que "las mujeres han contribuido no menos que los hombres" a la historia de la cultura y del arte, al tiempo que considera "urgente alcanzar en todas partes la efectiva igualdad de los derechos de la persona y, por tanto, igualdad de salario respecto a la igualdad de trabajo, tutela de la trabajadora-madre, justas promociones en la carrera, igualdad de los esposos en el derecho de familia".
"Te doy gracias, mujer, ?por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuici¨®n propia de tu femeneidad enriqueces la comprensi¨®n del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas", exulta Juan Pablo II, antes de lamentar: "Cu¨¢ntas mujeres han sido y son todav¨ªa tenidas en cuenta m¨¢s por su aspecto f¨ªsico que por su competencia, profesionalidad, capacidad intelectual, riqueza de su sensibilidad y, en definitiva, por la dignidad misma de su ser".
Pero, convencido de que "el camino del pleno respeto de la identidad femenina no est¨¢ s¨®lamente en la denuncia ( ... ) sino sobre todo en un proyecto de promoci¨®n", el Papa recuerda- el "no es bueno que el hombre est¨¦ solo" del G¨¦nesis y reiterar que "en la creaci¨®n de la mujer est¨¢ inscrito el principio de la ayuda" y que, "en este horizonte ( ... ) es posible acoger tambi¨¦n sin desventajas para la mujer una cierta diversidad de papeles". Por ejemplo, prosigue el Pont¨ªfice, "no quita nada al papel de la mujer" su no admisi¨®n al sacerdocio.
La sanidad y la ense?anza son los campos en los que Papa dice apreciar especialmente el trabajo de la mujer, que en ellos "manifiesta una forma de maternidad afectiva, cultural y espiritual de un valor verdaderamente inestimable".
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