A falta de sangre buenos son huesos
Los fieles tuvieron que contemplar el milagro de san Pantale¨®n en pantallas
Everett Rice, un profesor de universidad norteamericano afincado en Espa?a desde hace 30 a?os y anglicano de religi¨®n, abandonaba ayer sobre la una y media de la tarde la iglesia de la Encarnaci¨®n acompa?ado de dos mujeres. Como tantas y tantas personas, hab¨ªa acudido a presenciar el milagro de la sangre de san Pantale¨®n. "Vengo aqu¨ª desde hace 30 anos por venerar las reliquias del santo y por lo que significa que esta sangre se licue desde hace 15 siglos", dec¨ªa.Y menos mal que. la sangre de este santo que vivi¨® la Roma del siglo IV, m¨¦dico de profesi¨®n, volvi¨® a licuarse' ayer: dice la tradici¨®n que el a?o que no ocurre as¨ª se dan grandes cat¨¢strofes. Una se?ora afirmaba que en 1936 no ocurri¨® el milagro.
Para el profesor norteamericano, la verificaci¨®n del milagro es "un signo de la sangre viva de Cristo". Para Elena Porras, lo del milagro es algo m¨¢s profundo. "Dios tiene que hacer cosas para que creamos en ¨¦l. Por eso aparece la Virgen y por eso se licua la sangre de san Pantale¨®n", afirmaba. La novedad de este a?o han sido los dos monitores de televisi¨®n colocados en los extremos del altar. La ¨²nica manera de comprobar que la sangre del santo era un l¨ªquido rojo era mirando estas pantallas en. las que aparec¨ªa la imagen fija de la urna que guarda la sangre del santo. Algo que no ha convencido del todo a los rieles. "Antes se besaba la reliquia y se ve¨ªa el l¨ªquido. Toda la vida lo hemos besado. Pero ahora no se nota si est¨¢ l¨ªquida la sangre", se?alaba una se?ora. Esto se repet¨ªa una y otra vez.
El padre Ayape, capell¨¢n de la Encarnaci¨®n" tiene sus razones para haber tomado esta decisi¨®n. "Ha habido una necesidad. Es un aparatico que tiene 1.500 a?os. Los t¨¦cnicos han dicho que de mano en mano esto se acaba. La tal reliquia, quietecita, que no la toque nadie. Lo que se besa ahora es el hueso", explicaba este cura navarro, doctor en derecho y, gran conocedor de la vida de este santo.El padre Ayape se refiere a un hueso de la rodilla de san Pantale¨®n que dos monaguillos vestidos con pantalones vaqueros paseaban, entre los labios de los fieles. Unas se?oras hablaban de que nunca han visto la sangre del santo coagulada y que a ver si la ense?an cuando est¨¦ s¨®lida. Otras contestaban que ellas s¨ª la han visto s¨®lida. "Es m¨¢s negra y abulta menos", explicaban. Y otras se pon¨ªan otra vez a la cola para besar el huesecito.
Hubo un momento en que el padre Ayape apareci¨® en el altar y explic¨®.a todo el mundo las razones por las que no se pod¨ªa besar la reliqu¨ªa. "Padre, es la primera vez que vengo. Cu¨¦nteme la historia de san Pantale¨®n", le pidi¨® una se?ora. Entonces Ayape empez¨® a relatar la vida del santo mientras la gente se amontonaba ante del altar.
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