Las coincidencias de la guerra sucia y el 'caso Navajas'

Los informes que realiz¨® en su d¨ªa el fiscal Luis Navajas sobre la corrupci¨®n en Intxaurrondo y los que realiz¨® sobre la misma materia el jefe del cuartel, coronel Enrique Rodr¨ªguez Galindo, y la direcci¨®n de la Guardia Civil conflu¨ªan en un listado de 21 guardias y oficiales del centro como sospechosos de presuntas connivencias con contrabandistas y narcotraficantes.Con la suma de los tres listados se obten¨ªa una amplia relaci¨®n que inclu¨ªa al coronel Rodr¨ªguez Galindo; los capitanes Fidel del Hoyo Cepeda, Juan Jos¨¦ Garc¨ªa Campo y Juan Flores Manso; los tenientes Jos¨¦ Guisado Fern¨¢ndez y Joaqu¨ªn Collado Callau; los sargentos Enrique Dorado Villalobos, Fabi¨¢n Dorado Villalobos, Luis Gonz¨¢lez Alonso, Jos¨¦ de la Pe?a Fern¨¢ndez y Jos¨¦ Ranca?o; los cabos Juan Pedro Moreno Rey, Jes¨²s Sanzol Urraiz y Segundo Morales, y los guardias Francisco Hermida Bouzas, Luis Sandoval Campos, Alfonso Vicar¨ªa Hevia, Francisco del Moral Bautista, Jes¨²s Mar¨ªa Carrillo Cordero y Juan Camero.

Uno de los equipos antiterroristas que gozaba de la m¨¢xima confianza del coronel Rodr¨ªguez Galindo y del responsable de informaci¨®n en Intxaurrondo, comandante ?ngel Vaquero -hoy destinado en Murcia-, era el dirigido por Enrique Dorado, bajo cuyo mando actuaron los guardias Felipe Bayo, Hermida Bouzas y Sandoval. Parad¨®jicamente, el ¨²nico procesado y condenado de los 21 agentes investigados fue el propio Enrique Dorado.

Mandos de la Guardia Civil que investigan el caso Lasa-Zabala centraron inicialmente sus pesquisas en algunos oficiales y guardias sobre los que a?os atr¨¢s se impidi¨® investigar por corrupci¨®n mediante la operaci¨®n secreta Arca de No¨¦, y sobre otros que supuestamente tuvieron un papel m¨¢s all¨¢ del deber en la lucha antiterrorista.

Acciones clandestinas

Documentos internos de la Guardia Civil que describ¨ªan la operaci¨®n Arca de No¨¦ destacaban la imposibilidad de investigar a diversos agentes de Intxaurrondo, ya que muchos de ellos hab¨ªan participado en acciones clandestinas antiterroristas, que manuales del Cesid definen como "aquellas actuaciones que, adem¨¢s de secretas, son ilegales".Algunas de esas acciones clandestinas, 'seg¨²n diversas fuentes del instituto consultadas -incluidos agentes entonces all¨ª destinados-, no son otras que el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala. El temor a represalias y las fuertes presiones ejercidas por agentes implicados en aquellos hechos act¨²a como contrapeso a la comparecencia ante los jueces de quienes conocieron aquellos hechos, aunque la ley del silencio comienza a desmoronarse.