Guerras con sordina

El proceso italiano es a¨²n m¨¢s complicado porque la tregua acordada por los dos grandes bloques no puede impedir que sigan, aunque con sordina, las guerras que provocaron la gran crisis. La guerra pol¨ªtica de la Liga, suficiente para impedir cualquier soluci¨®n estable, est¨¢ candente. Tambi¨¦n siguen las guerras procesales. El 20 de septiembre se decidir¨¢ en Mil¨¢n si Silvio Berlusconi es o no procesado, y a nadie se le oculta que esa cita puede ser fundamental para su futuro pol¨ªtico. Paralela es la otra guerra de investigaciones y contrainvestigaciones sobre los fiscales de Mil¨¢n, sobre Antonio di Pietro y sobre si Berlusconi y sus allegados presionaron al c¨¦lebre ex fiscal para que dimitiera con amenazas sobre su pasado y promesas de favores. No ha faltado, en el fragor de la batalla, quien, como Giuliano Ferrara, principal asesor de Berlusconi, ha reivindicado la figura pol¨ªtica del ex l¨ªder socialista Bettino Craxi, condenado y declarado ya oficialmente fugitivo por los jueces. Mientras, el ex democristiano Rocco Buttiglione ha defendido a Giulio Andreotti, que ser¨¢ procesado como presunto mafioso el 26 de septiembre en Palermo. Gianfranco Fini, l¨ªder de Alianza Nacional, detecta "intentos de restauraci¨®n, que surgen del centro-izquierda y el centro-derecha, de todos los frentes".[La Fiscal¨ªa de Mantua ha abierto diligencias contra Umberto Bossi, por presunto atentado contra la unidad de Italia, en relaci¨®n con sus amenazas secesionistas, informa Efe.]