S¨ª a las elecciones municipales
Ante el anuncio, en junio del pasado a?o, de unas elecciones municipales en Guinea Ecuatorial, los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n democr¨¢tica, reunidos en la Plataforma de Oposici¨®n Conjunta (POC), decidieron preparar su participaci¨®n en las mismas presentando listas ¨²nicas. Con la reciente fijaci¨®n de la fecha de las elecciones para el pr¨®ximo 17 de septiembre, la contienda electoral parece estar asegurada.Desde los primeros acuerdos de la POC han ocurrido muchas cosas, la mayor¨ªa con una incidencia negativa en el desarrollo de la actividad pol¨ªtica de la oposici¨®n y en el proceso de democratizaci¨®n actualmente en curso. Cabe destacar y lamentar de forma especial el ataque gubernamental dirigido a desarticular la direcci¨®n del Partido del Progreso, miembro de la POC, que ha conducido al encarcelamiento de su presidente, Severo Moto" y de otros destacados dirigentes.
A pesar de este preocupante estado de cosas, los partidos de la POC siguen firmes en su decisi¨®n de participar en los comicios municipales. Sin embargo, la oportunidad de esta actitud parece comenzar a ser objeto de dudas en algunos c¨ªrculos de opini¨®n que apoyan la democratizaci¨®n de Guinea Ecuatorial. Conviene, en consecuencia, argumentar las razones que animan a sustentar dicha decisi¨®n, as¨ª como explicar las exigencias necesarias para que redunde en el fortalecimiento del proceso de democratizaci¨®n.
La POC, antes de las fraudulentas elecciones legislativas de noviembre de 1993, estaba integrada por 11 formaciones pol¨ªticas. En la actualidad la componen siete partidos, tres de los cuales han sufrido fraccionamientos de distinta entidad. La decisi¨®n de boicotear las elecciones legislativas, en un momento crucial para la dictadura desde el punto de vista de la legitimaci¨®n de su r¨¦gimen, se sald¨® con un ¨¦xito popular de la oposici¨®n democr¨¢tica, pero tambi¨¦n origin¨® la salida de parte de los miembros de la POC. Algunos abandonaron por el miedo a ser represaliados, otros sucumbieron a las promesas de cargos y dinero del r¨¦gimen, y tambi¨¦n hubo quien dese¨® adelantarse a los partidos m¨¢s implantados aprovechando los votos de la poblaci¨®n descontenta.
Desde entonces, la marginaci¨®n de la POC, a la que se tilda de "oposici¨®n radical", se ha convertido en el objetivo pol¨ªtico mal disimulado compartido por el partido gubernamental y los concurrentes. Y al incesante acoso y hostigamiento de la dictadura hay que a?adir un cierto sentimiento de abandono por la comunidad intemacional de donantes que, enfrentada a la realidad de unas instituciones surgidas, a pesar de todo, de la parodia electoral, ha mantenido una relaci¨®n pragm¨¢tica con el poder y ha aconsejado a la oposici¨®n "prudencia y moderaci¨®n".
Una segunda abstenci¨®n de los partidos de la POC en las elecciones municipales dar¨ªa lugar, y de forma casi autom¨¢tica, a un segundo fraccionamiento de la misma. Adem¨¢s, los partidos pol¨ªticos abstencionistas quedar¨ªan, por ley, autom¨¢ticamente ilegalizados. Esta situaci¨®n significar¨ªa la vuelta a la clandestinidad y la prohibici¨®n de hecho de cualquier actividad de la POC. No cabe esperar que las presiones de la comunidad, internacional, insuficientes para lograr el cumplimiento de las condiciones m¨ªnimas para unas elecciones municipales honestas, consiguieran que la dictadura volviera a legalizar a los partidos disueltos para su participaci¨®n en las elecciones presidenciales previstas para 1996. En el fondo, la participaci¨®n de la oposici¨®n democr¨¢tica en dicha confrontaci¨®n electoral es la amenaza m¨¢s seria a los planes del presidente, que quiere imponerse en este cargo por otros siete a?os.
Conviene, en consecuencia, mantenerse firmes en la actual l¨ªnea de conducta y no participar a cualquier precio, sino para dejar clara la voluntad de contribuir a un proceso de transici¨®n pac¨ªfico. La POC actual no es la ole noviembre de 1993. Han transcurrido dos a?os, se ha organizado el boicoteo a tinas elecciones y a un censo fraudulento, se ha participado en la elaboraci¨®n y concienciaci¨®n de la poblaci¨®n. Incluso con parte de nuestros compa?eros en la c¨¢rcel se ganar¨ªa cualquier confrontaci¨®n electoral transparente que tuviera lugar en el pa¨ªs con s¨®lo contar con el m¨ªnimo de los medios necesarios para hacer una campa?a digna de una oposici¨®n que se presenta como una alternativa real al sistema actual.
Por todo lo expuesto, los amigos de la causa de democratizaci¨®n de Guinea Ecuatorial deben no s¨®lo animamos a seguir en el proceso electoral, sino ayudamos a dotamos de los medios materiales y financieros tan necesarios para cumplir con nuestro cometido. Aunque el proceso no ofrezca garant¨ªas en ning¨²n aspecto, nuestra perseverancia puede poner en serios apuros al partido en el poder y colocamos en la mejor posici¨®n para abordar una verdadera transici¨®n pol¨ªtica en Guinea Ecuatorial.
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