Con el ruido que hay en los bares de Madrid no se sabe lo que tocan
Cuando lleg¨® a Madrid tocaba jazz en bares de mucho humo y poca luz. La Facultad de Filosof¨ªa le ayud¨® a dejar la noche "y remontar una pendiente vertiginosa para un joven de 19 a?os". Od¨®n Alonso, leon¨¦s, ha cumplido los 70, y, por su intensa y dilatada dedicaci¨®n a la m¨²sica, recibi¨® recientemente en El Escorial la medalla al M¨¦rito Art¨ªstico y Cultural de la Universidad Complutense de Madrid. Ese mismo d¨ªa, dirigi¨® un concierto en el patio de coches del monasterio. Vive en un lugar extra?amente quedo del centro de Madrid, pero suele trabajar en un monte de Soria, con la sola compa?¨ªa de las ¨¢nimas a las que B¨¦cquer puso rostro y Od¨®n Alonso m¨²sica en la obra Ojos verdes de luna.
Pregunta. ?Qu¨¦ le parece el monasterio de El Escorial?
Respuesta. Una maravilla. Es como un cielo bajo otro cielo, y tiene los mejores ¨®rganos del mundo. La pena es que aqu¨ª se hace muy poca m¨²sica.
P. ?C¨®mo eran aquellos bares donde tocaba usted el piano?
R. Ya no existen, pero recuerdo las jam sessions de un local en la calle de Prim, llamado Red Bo?te, de ambiente muy divertido.
P. ?No siente la tentaci¨®n de acudir hoy a sitios donde se escucha jazz en directo?
R. No. Y es por una raz¨®n absolutamente musical que no tiene que ver con la calidad de la m¨²sica moderna. En los bares de Madrid hay tanto ruido que ni el p¨²blico ni los propios m¨²sicos saben lo que est¨¢n tocando.
P. ?Madrid es una ciudad muy ruidosa?
R. Espa?a, entera desconoce el sentido de la civilizaci¨®n del silencio. Siempre digo que cuando entramos en un bar, incluso en una casa, si oliera tan mal como fuerte suena todo, tendr¨ªamos que salirnos de inmediato. La cantidad de luz y de sonido acaba por atacar os nervios, y en las discotecas coinciden las dos cosas.
P. ?C¨®mo consigue residir a gusto en Madrid?
R. Tengo mucha suerte, porque vivo en un lugar silencioso y c¨¦ntrico a la vez.
P. Usted ha sido director de la Orquesta Filarm¨®nica de Madrid, llegando a estrenar 40 obras.
R. Fueron ocho a?os, luego pas¨¦ a la Orquesta Sinf¨®nica de RTVE. Durante mucho tiempo s¨®lo dirig¨ªa orquestas en Madrid para no tener que pasar mucho tiempo fuera de la ciudad. Pero ahora esta capital es muy distinta de la que me enamor¨® hace cincuenta a?os.
P. D¨ªgame cu¨¢l es su mayor a?oranza.
R. Muchas cosas. Lo m¨¢s bonito de la ciudad, paseo del Prado y Castellana, queda oculto entre los coches. Antes se pod¨ªa llevar una vida provinciana encontrarte por la calle a todos tus amigos y desaparecer cuando quer¨ªas.
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